Barrancos enloquecidos
y lluvias desesperadas,
en unas tierras que amo,
de gentes con esperanza,
que, a fuerza de incompetentes,
peleaban con el lodo,
humanas y solidarias
y que lo han perdido todo.Héroes de hechos imposibles,
sus rostros desencajados,
la tristeza en los bolsillos,
la esperanza en los tejados,
mientras los que no se mojan
culpables andan buscando
y, ya a toro pasado,
ayudas van anunciando.Mentirosos compulsivos,
que buen sueldo van cobrando.Con el lodo, los recuerdos,
los muebles y lo estimado
descansan en estas calles
que otras gentes van limpiando.Avisando nunca y tarde
de lo que estaba al pasar,
y con la foto de turno
y su casa a buen recaudo
intentan disimular.Y lo más triste de todo
son los que aquí ya no están:
cementerios de ilusiones
que con ellos se nos van.Lo hemos perdido todo
y, por puta burocracia,
dudo lleguen las ayudas
como en Canarias les pasa;
ayudas que, sin papeles,
dan las gentes voluntarias,
juventudes abocadas
a las leyes solidarias.Mala gestión del gobierno,
que culpas van endosando
por no mancharse las manos
mientras sufre el ciudadano.Van llegando militares
y cuerpos de salvaguarda,
gentes guardando negocios
de quien de lo ajeno capta:
indeseables con carné
y vergüenza suicidada.Otros durmiendo en las calles,
sin techo, cobijo, casa.
Calles pintadas de lodo
y enseres acumulados,
mientras esos mandamases
no se han manchado de barro,
y los Reyes sí lo hicieron
donde otros se largaron.A mí eso me da vergüenza,
con aplausos controlados
y minutos de silencio:
“silencios de diputados”.
ES LO QUE PIENSO Y LO DIGO,
MIS QUERIDOS VALENCIANOS.
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