Los perros tienen un órgano secreto que detecta emociones y enfermedades
Los perros poseen un sentido del olfato increíblemente desarrollado, pero lo que muchos no saben es que tienen un “órgano secreto” llamado órgano de Jacobson (o vómero-nasal) que les permite detectar feromonas y compuestos químicos imperceptibles para los humanos.
Este órgano les ayuda a identificar emociones, rastros únicos y hasta detectar enfermedades. Su capacidad olfativa no solo es impresionante… es vital.
El increíble sentido del olfato en los perros
Receptores olfativos:
● Los perros tienen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos, comparados con los 5 millones que tienen los humanos.
Cerebro especializado:
● La zona del cerebro encargada del olfato es 40 veces más grande (proporcionalmente) que en el cerebro humano.
Olor en estéreo:
Pueden oler con cada fosa nasal por separado, creando una especie de mapa olfativo 3D, lo que les permite rastrear olores con una precisión increíble.
¿Qué es el órgano de Jacobson y para qué sirve?
Este órgano especial, ubicado en el paladar, está conectado directamente al cerebro. Su función principal es detectar:
● Feromonas: señales químicas que revelan información sobre género, estado reproductivo o emociones.
● Rastros únicos: permite identificar animales, personas o lugares con exactitud.
Gracias a esto, los perros pueden interpretar el “lenguaje químico” del mundo que los rodea.
Perros detectores: más que compañeros, salvadores
Algunos perros son entrenados para usar su olfato con fines médicos o de rescate. Sus habilidades incluyen:
● Detección de cáncer: reconocen compuestos emitidos por células cancerosas.
● Diabetes: detectan cambios en el aliento o sudor cuando los niveles de azúcar bajan.
● Epilepsia: identifican señales antes de un ataque convulsivo.
● Búsqueda y rescate: encuentran personas bajo escombros o en condiciones extremas.
● Rastreo: siguen olores días después, incluso en ambientes cargados de otros olores.
Un olfato que salva vidas
El olfato de los perros no solo les sirve para sobrevivir en la naturaleza, sino también para salvar vidas humanas. Su anatomía y entrenamiento los convierten en herramientas vivas que combinan instinto y ciencia.
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