¿Quién no ha tenido uno?
Mi homenaje, con otro de mis dibujos, es para el Seat Seiscientos (“Seat 600”): el mítico coche de los españoles, el de las películas de los sesenta en blanco y negro, el que paseaba por los Madriles y por cualquier ciudad de España.
El de las Navidades, en el que llevábamos el pavo vivo o, en la baca, el árbol navideño. Ese entrañable cochecito que era la envidia de los que aún no lo tenían, o la ilusión de quienes, a base de letras, conseguían uno.
El coche entrañable de la familia dominguera, el que se aparcaba fácilmente en cualquier rincón... ¡si pudieras hablar, viejo amigo!
El mío era color café con leche. Mi padre me lo regaló con la condición de que aprobara a la primera el carné de conducir, y así lo hice, y así lo cumplió, como todo lo que prometía.
Y a condición de que, con mi sueldo y mi trabajo, lo cambiase antes de terminar la mili. Y así lo prometí yo también, cambiándolo —muy a mi pesar— por el también mítico Seat 850.
“Es Sisents”, donde nos metimos hasta catorce, es historia. Pero veo que, gracias a algunos —llamémosles nostálgicos (gracias a Dios quedamos algunos)— se ven por la calle restaurados y rescatados de aquel blanco y negro de casi posguerra, con todo su color y esplendor.
Las gracias a los restauradores de estos coches, que formaron parte más que ninguno de las familias de entonces.
Un altre dels meus dibuixos, que el disfruteu.
I molt bon any nou 2025, a totes i tots.
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