✍Origen Festividades
El Jueves Santo, celebrado este año el 17 de abril, marca el inicio del Triduo Pascual, el periodo más sagrado del calendario litúrgico cristiano que culmina con la Resurrección de Jesús en el Domingo de Pascua. Esta jornada conmemora varios episodios clave de la vida de Cristo, y es especialmente significativa en países de tradición católica como España.
Durante el Jueves Santo se recuerda la Última Cena de Jesús con sus discípulos, donde instituye el sacramento de la Eucaristía —base de la misa—, el lavatorio de los pies como acto de humildad y servicio, y el inicio de su pasión con la traición de Judas Iscariote.
La liturgia del día alcanza su punto culminante con la Misa de la Cena del Señor, celebrada por la tarde. En ella, se realiza el gesto simbólico del lavatorio de los pies a doce personas, en representación de los apóstoles. Al concluir la ceremonia, el Santísimo Sacramento es trasladado al "monumento", un lugar preparado dentro del templo para la adoración silenciosa, y el altar queda despojado como símbolo de duelo.
En muchas regiones, especialmente en España y América Latina, el Jueves Santo también tiene un importante componente cultural. Las procesiones religiosas adquieren una intensidad especial, con pasos que representan escenas de la Pasión de Cristo, acompañados de cofradías y bandas de música. En ciudades como Sevilla, Zamora, Málaga o Valladolid, miles de personas se congregan para vivir estas expresiones de fe que mezclan religiosidad, arte y tradición.
Por tradición litúrgica, a partir de la noche del Jueves Santo las campanas dejan de sonar y se suspenden los instrumentos musicales en las iglesias, en señal de recogimiento, hasta el Gloria de la Vigilia Pascual del Sábado Santo.
El Jueves Santo no es solo un día de memoria religiosa, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el servicio, el perdón y el sacrificio, valores fundamentales que atraviesan el mensaje de la Semana Santa.

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