✍Sabías Que/ El peligro oculto de la procesionaria del pino para las mascotas
Con la llegada de la primavera, no solo florecen los campos: también aparecen las temidas orugas procesionarias del pino, una amenaza silenciosa pero grave para los animales domésticos, especialmente los perros.
Estas orugas, conocidas por desplazarse en largas filas por el suelo, están cubiertas de diminutos pelos urticantes que liberan una toxina muy peligrosa. El simple contacto con estos pelos, incluso si no se toca directamente a la oruga, puede desencadenar reacciones severas.
Los perros son especialmente vulnerables porque, guiados por la curiosidad, tienden a olerlas, lamerlas o incluso morderlas. Esto puede provocar una inflamación rápida y dolorosa de la lengua, la boca o la garganta. En casos extremos, puede derivar en necrosis del tejido afectado o incluso asfixia. Si no se actúa con rapidez, la vida del animal puede estar en riesgo.
El peligro no es solo para las mascotas. También los humanos, especialmente los niños, pueden sufrir reacciones alérgicas intensas si entran en contacto con estos pelos urticantes, que pueden quedar flotando en el aire o adherirse a ropa, mochilas o pelotas de juego.
Se recomienda a los dueños de mascotas evitar pasear por zonas de pinares durante los meses de mayor actividad de la procesionaria (entre febrero y mayo), y estar atentos a cualquier comportamiento extraño en su animal tras un paseo. Si se sospecha contacto con estas orugas, es vital acudir al veterinario de inmediato.
Aunque pequeñas y aparentemente inofensivas, las procesionarias representan un riesgo real en nuestros parques y bosques. La prevención y la información son las mejores herramientas para proteger a nuestras mascotas y familias.
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