¿Sabías que las personas recuerdan mejor los finales que los comienzos?

 

✍Sabías Que/ Las personas recuerdan mejor los finales que los comienzos: la psicología detrás de nuestra memoria

Diversos estudios en psicología han demostrado que las personas tienden a recordar con mayor claridad lo que ocurre al final de una experiencia, más que lo que sucede al inicio o durante el transcurso de la misma. Este fenómeno, conocido como “efecto de recencia”, forma parte de la teoría de la curva de posición serial y ha sido ampliamente investigado en el ámbito de la memoria humana.

Según esta teoría, al recibir una serie de estímulos o información —como una lista de palabras, una presentación, una película o incluso una conversación—, el cerebro tiene una mayor probabilidad de retener lo que ocurre al final. Esto se debe a que esos últimos elementos permanecen más frescos en la memoria de corto plazo y, muchas veces, van acompañados de una carga emocional que los hace más memorables.

Este efecto se complementa con el llamado “efecto de primacía”, que explica por qué también solemos recordar con claridad lo primero que escuchamos o vemos. Sin embargo, en contextos donde hay implicación emocional, lo que ocurre al final suele tener un impacto más duradero.

La influencia de este fenómeno puede observarse en múltiples ámbitos. En el cine, por ejemplo, los desenlaces inesperados o emotivos suelen ser lo más comentado y recordado por el público. En presentaciones profesionales o discursos, cerrar con una idea poderosa puede marcar la diferencia en la percepción general del mensaje. También en la vida cotidiana, el recuerdo de cómo terminó una relación personal o una experiencia de servicio puede definir la impresión que se tiene de ella, incluso si todo lo anterior fue positivo.

Comprender cómo funciona nuestra memoria en este sentido puede ser útil para diseñar experiencias más efectivas en áreas como la educación, la publicidad, la atención al cliente e incluso en la forma en que nos comunicamos con los demás.

La mente humana tiene sus propias reglas para decidir qué guardar y qué descartar. Y, al parecer, el final siempre tiene la última palabra.