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La manifestación del 9-M clama: ¡Sánchez dimisión! España se levanta contra el presidente más nefasto de la democracia

 

Manifestación en Colón. (Europa Press/Jesús Hellín)

Francisco José Castillo Navarro, Director General del Grupo Periódico  de Baleares, Presidente Fundador de AMC/

Pedro Sánchez ha cruzado todas las líneas rojas. No queda ya ni una sola institución que no haya sido manoseada, ni una promesa que no haya sido traicionada, ni una sombra de corrupción que no alcance a su entorno más íntimo. Su presidencia no solo ha sido un desastre político, económico y moral: ha sido una humillación histórica para millones de españoles que hoy gritan con fuerza: ¡basta ya!

Ayer, bajo la lluvia y los truenos en la Plaza de Colón, el verdadero chaparrón fue político. Miles de ciudadanos hartos, indignados, decididos salieron a la calle para exigir la dimisión inmediata de un presidente que ha hecho de la mentira su forma de gobierno. No eran ultras, ni nostálgicos, ni “fachas”, como repite la maquinaria propagandística del PSOE: eran padres, madres, jóvenes, autónomos, jubilados, todos ellos víctimas de un Gobierno que ha convertido España en su cortijo personal.

Se corearon los nombres de los escándalos que hoy abruman al Gobierno: el caso Koldo, la imputación de Begoña Gómez, la investigación por corrupción a su hermano David Sánchez, conocido como “David Azagra”. Y mientras tanto, Pedro Sánchez se atrinchera en La Moncloa, escondido, atrincherado detrás de un aparato de poder que ya solo sirve para proteger a los suyos.

La mentira es su única ideología. Prometió no pactar con separatistas: hoy gobierna gracias a ellos. Prometió no indultar a golpistas: los indultó. Juró que no habría amnistía: la impuso a golpe de decreto. Pedro Sánchez ha traicionado palabra por palabra cada una de sus promesas electorales.

La economía tampoco se salva: como denunció Marcos de Quinto, “nunca un Gobierno manejó tanto dinero... ¿Dónde está ese dinero?”. Entre IRPF y cotizaciones, el Estado se queda con un 48% del esfuerzo de los trabajadores, superando al mismísimo señor feudal medieval. Pero a cambio no hay seguridad, ni sanidad, ni justicia funcional. Solo enchufados, asesores y redes clientelares.

Camiseta mensaje protesta durante manifestación Plaza de Colón (Europa Press/Jesús Hellín).

La destrucción moral de España no es una frase vacía: es una realidad palpable. Sánchez ha sembrado odio, división y enfrentamiento entre españoles. Ha atacado la libertad de prensa, ha colonizado el Poder Judicial, ha usado el CIS como arma electoral y ha tratado a los ciudadanos como súbditos de una corte de corruptos y manipuladores.

Como afirmó Esperanza Aguirre, “le molesta España”. No conoce la Historia ni quiere que se enseñe. Quiere una nación fragmentada, débil, enfrentada, en la que el único poder legítimo sea el suyo. Está aplicando una ingeniería social radical, arrasando con los valores que han sostenido a este país durante décadas.

La manifestación en Colón fue clara: los españoles han despertado. Aunque el Gobierno la rebaje a 25.000 asistentes, lo cierto es que el mensaje se ha escuchado en cada rincón: ¡Elecciones ya!

Y mientras tanto, Sánchez calla. No da explicaciones. No dimite. No asume responsabilidades. Como si el país le perteneciera. Como si La Moncloa fuese suya y no de los españoles. Como si estuviera por encima de la ley y del pueblo.

Pedro Sánchez pasará a la historia como el presidente que más daño ha hecho a la democracia española desde 1978. Ha corrompido la política, ha destruido el consenso, ha mancillado las instituciones, ha mentido sistemáticamente y ha empobrecido moral y económicamente a una nación entera.

Su tiempo se ha acabado.

Sánchez, dimite. Elecciones ya. España no te quiere. España no te necesita. España te señala.



FJCN