✍Sabías Que/ El arroz en las bodas: una lluvia de buenos deseos con siglos de historia
Una tradición que simboliza fertilidad, abundancia y prosperidad
A la salida de muchas ceremonias de boda, cuando los novios cruzan la puerta de la iglesia o el registro civil tomados de la mano, es común ver cómo familiares y amigos los reciben con una lluvia de arroz. Risas, flashes de cámaras y montones de pequeños granos blancos en el aire acompañan ese instante inolvidable. Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado de dónde viene esta costumbre?
Lanzar arroz a los recién casados es una tradición ancestral que se ha mantenido viva durante siglos, aunque hoy en día algunos prefieran pétalos, confeti o burbujas. El gesto tiene un fuerte contenido simbólico. En la antigüedad, el arroz era considerado un alimento sagrado, ligado a la vida, la fertilidad y la abundancia. Su uso en las bodas tenía como fin bendecir a la nueva pareja con prosperidad, descendencia y un futuro lleno de cosechas fructíferas, en el sentido más amplio de la palabra.
Se cree que esta práctica tiene sus raíces en culturas orientales, donde el arroz era uno de los pilares de la alimentación y de la vida misma. Desde allí, la tradición se extendió a Europa, donde tomó diversas formas. En la antigua Roma, por ejemplo, se arrojaban trigo o nueces a los novios como símbolo de fertilidad. Con el tiempo, el arroz —por ser más económico y fácil de conseguir— se convirtió en el protagonista de este ritual festivo.
Más allá de su significado original, lanzar arroz se ha mantenido como un acto festivo y alegre, que conecta a los invitados con los protagonistas del enlace y crea un momento visualmente memorable. El sonido de las risas, el tintineo del arroz al caer y la imagen de los novios cubiertos de granos blancos simbolizan el paso hacia una nueva etapa en sus vidas, rodeados de buenos deseos.
En tiempos recientes, algunas iglesias o espacios de celebración han limitado esta práctica por razones ecológicas o de limpieza. Esto ha llevado al uso de alternativas biodegradables como pétalos de flores, hojas secas, lavanda o incluso arroz inflado, que imitan el gesto sin dañar el entorno ni generar residuos difíciles de recoger.
Pese a estas variaciones, la esencia del acto permanece. Lanzar arroz sigue siendo una de las tradiciones nupciales más universales, un puente entre el pasado y el presente que nos recuerda que, más allá del vestido o la decoración, una boda es también un acto simbólico de esperanza, comunidad y celebración de la vida.
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