✍️ Real Academia de la Historia/
Camilo José Cela Trulock. Marqués de Iria Flavia (I). Iria Flavia (La Coruña), 11.V.1916 – Madrid, 17.I.2002. Escritor, académico y editor, catedrático de Literatura y Geografía populares en la Universidad de las Islas Baleares, Premio Nobel de Literatura en 1989.
Existen unas páginas del propio Cela que pueden orientar significativamente a la hora de reproducir el esquema de su trayectoria vital. Se trata del breve ensayo titulado “Sobre la soledad del escritor” aparecido en su revista Papeles de Son Armadans en 1956, en donde establece los hitos fundamentales en el desarrollo y feliz logro de una carrera literaria que es fácil reconocer inmediatamente como la suya propia.
Cela viene a decir allí que el escritor germina en la infancia y la adolescencia, necesita de la ciudad para su consagración iniciática, pero siempre se nutre de materia prima en los pueblos, pues allí la vida campa, desnuda, por sus respetos. Luego perfecciona y contrasta sus valores allende las fronteras de su país e, incluso, de su lengua, mas sólo alcanza su sazón si atina a romper con el medio natural de la fama que ha obtenido y, escritor provinciano, encuentra en la soledad la paz de espíritu y el ámbito de trabajo que le permita continuar fiel a su vocación.
Esos cuatro o cinco momentos que Cela señala en el camino del escritor tienen en su caso particular, que es del que se trata, una clara correspondencia espacial, pues no en vano se trata de un artista singularmente encarnado en un solar preciso, España, donde encuentra no sólo una lengua para su proyecto, sino también los personajes, los temas, la estética y la ideología que lo configurarán. El momento germinativo tiene su escenario en la Galicia natal de Cela, y luego en el Madrid de la República tal y como él mismo cuenta en los dos tomos de sus memorias: La rosa (1959) y Memorias, entendimientos y voluntades (1993). El éxito capitalino se produce, una vez acabada la guerra civil, en el Madrid de la década de 1940. El regreso a las raíces coincide desde aquel momento con la faceta del Cela viajero por casi todo el país, pero con especial atención a lo que él gusta llamar “la España árida”. El descubrimiento de nuevos horizontes lo lleva primero a Iberoamérica, pero también, desde muy pronto, al resto de Europa y a los Estados Unidos. Y finalmente, el laborioso retiro que permite trabajar al escritor ya consagrado tiene a Palma de Mallorca como escenario entre 1954 y el año del Nobel, 1989. Desde entonces, Camilo José Cela vuelve a la Guadalajara de su Viaje a la Alcarria y a su gallega aldea natal, en donde en la primavera de 1991 Sus Majestades los Reyes inauguran la sede de la fundación que lleva su nombre y fue constituida en 1986.
En Iria Flavia, en las proximidades de la villa coruñesa de Padrón, había nacido el 11 de mayo de 1916 el primogénito del matrimonio formado por Camilo Cela Fernández y Camila Emmanuela Trulock y Bertorini.
Tres sangres, como proclama el propio Camilo José Cela y Trulock, confluyen en la suya: la española y gallega de su padre y la inglesa e italiana de los antepasados maternos. Pietro Bertorini, tatarabuelo del novelista, fue gobernador de Parma; su hijo Camilo, nacido en Barcelona, se educó y casó en Inglaterra, para establecerse finalmente en Galicia como constructor del West Railway que unía Santiago con Carril.
Su hija se casó con uno de los gerentes ingleses de dicho ferrocarril, John Trulock, y de su unión nació la madre del escritor.
A causa de la profesión de su padre, funcionario de Aduanas, Camilo José vivió su primera infancia en diferentes lugares: Almería, Villagarcía de Arosa, Iria- Flavia, Tuy, Barcelona y Cangas de Morrazo, con viajes a Londres, La Coruña y Madrid, donde la familia se estableció definitivamente en 1925. Comenzó sus estudios en el Instituto Cardenal Cisneros y los continuó con los Hermanos Maristas, para escoger luego la carrera de Medicina, que abandonó en el primer año. Por mandato paterno, preparó su ingreso en el Cuerpo de Aduanas; prueba también, según sus propias declaraciones, con Ciencias Físicas y Peritaje Agrícola. Pero lo más importante de cara a la formación del escritor en esta época inmediatamente anterior a la guerra civil es su asistencia a las clases de Pedro Salinas en la nueva Facultad de Filosofía y Letras de la Ciudad Universitaria madrileña. Allí se hace amigo del filólogo Alonso Zamora Vicente, así como del poeta chileno Luis Enrique Délano, secretario del consulado de su país, a través del cual conoce a Pablo Neruda y Gabriela Mistral. También frecuenta a Miguel Hernández y a María Zambrano, en cuya casa coincide en tertulia con Max Aub y otros escritores e intelectuales. Introducido por Salinas, Cela se presenta con sus poemas ante Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos; un libérrimo autodidactismo nutre, sin embargo, su incipiente inquietud literaria, que se manifiesta por vez primera con la publicación de varios poemas suyos en periódicos y revistas de la Plata, en la República Argentina, entre 1935 y 1938. El día 18 de julio de 1936, Cela celebra su onomástica en Madrid, como recuerda su novela San Camilo, 1936, publicada en 1969, y cuando la ciudad es bombardeada a principios de noviembre, continúa escribiendo un poemario de título gongorino, Pisando la dudosa luz del día, que no será libro sino en 1945.
El año de la instauración de la Segunda República, Cela había sido internado en el sanatorio antituberculoso del Guadarrama, lo que determina que sea declarado ahora inútil para la milicia. Sin embargo, tras permanecer catorce meses en la capital, abandona la zona republicana por Valencia, formando parte de una expedición de la embajada inglesa y amparado por un salvoconducto del ministro de Defensa Nacional, Indalecio Prieto. Se incorpora al ejército nacionalista en el Regimiento de Infantería Bailén n.º 24, es herido en el frente de los Monegros y se recupera en el hospital militar provisional de la Escuela de Artes y Oficios de Logroño. Acogido ya por sus familiares cuando recibe el alta médica, completa su recuperación primero en La Vecilla y luego en Galicia. Allí, en La Coruña, presenta en marzo de 1938 una solicitud de ingreso en el Cuerpo de Investigación y Vigilancia que es desestimada por ser menor de edad, de acuerdo con la legislación vigente. Pese a haber sido declarado de nuevo inútil total por tuberculoso, se enrola a finales de 1938 en el Regimiento de Artillería Ligera n.º 16, en el que actúa como cabo habilitado en el frente de Extremadura y en la zona de Castellón hasta el final de la guerra.
Terminada ésta, Camilo José Cela se desplaza a Santiago de Compostela con el propósito de preparar de nuevo el examen de ingreso en la universidad, pues su expediente académico se hallaba perdido entre los escombros de la Ciudad universitaria. Mas una disposición entonces promulgada sobre el acceso de los ex combatientes a los estudios superiores le permite matricularse directamente en la facultad de Derecho madrileña, en la que hace tres cursos completos y asignaturas sueltas de los otros dos. Es por estos años cuando, sin embargo, se consolida su vocación de escritor, desarrollada mediante colaboraciones ocasionales en libros y revistas entre 1940 y 1942.
Su primera novela, La familia de Pascual Duarte, fue escrita entre 1940 y enero de 1942 en la oficina del Sindicato Nacional Textil, en donde Cela trabajaba como administrativo, y en el nuevo sanatorio antituberculoso de Hoyo de Manzanares en el que convalece mientras lee exhaustivamente a Ortega y a los clásicos en la colección completa de Rivadeneyra.
Editada su novela por Aldecoa en Burgos, los primeros ejemplares son puestos en circulación en los últimos días de diciembre de ese mismo 1942. El éxito es inmediato y rotundo. Recibe Cela un primer homenaje el 2 de enero de en el Café Nacional y pasa a ser uno de los nombres habituales en las más importantes publicaciones del momento, en especial El Español, La Estafeta Literaria y Fantasía, concebidas por el delegado nacional de Prensa, Juan Aparicio, como instrumento de soporte, acicate y control de la vida literaria española. Para obtener el carné de periodista, Cela realiza también las pruebas preceptivas en la sede de la agencia Efe y se relaciona con Gregorio Marañón, el pintor Solana y con el grupo Juventud creadora formado, entre otros, por Azcoaga, Ruiz Iriarte, García Nieto y Jesús Juan Garcés, que se reúne habitualmente en el café Gijón.
Cela abandona su modesto empleo como oficinista y se incorpora a la Delegación Nacional de Prensa, sección de Información y Censura, en la que se ocupará de las revistas hasta su destitución a fines de 1945.
Ello no impedirá que la censura retire la segunda edición de La familia de Pascual Duarte en 1943, año en que aparece una nueva novela fundamentada en las experiencias sanatoriales del autor, Pabellón de reposo.
En 1944 Cela contrae matrimonio con María del Rosario Conde Picavea y publica Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes. En 1946 nace su único hijo, Camilo José, y el escritor hace a pie una larga excursión veraniega en compañía del fotógrafo Kart Wlasak y Conchita Stichaner, experiencia de la que saldrá su Viaje a la Alcarria, aparecido en 1948.
Posteriores viajes suyos darán el fruto de libros como, entre otros, Del Miño al Bidasoa, Notas de un vagabundaje (1952) o Judíos, moros y cristianos (1956), obra que finalmente, según el propio Cela, le abrirá las puertas de la Real Academia Española.
Los veranos de 1947 a 1950 los pasa Cela en el pueblo abulense de Cebreros, etapa que él mismo calificó como muy dura pero extraordinariamente aleccionadora.
Allí frecuenta los encierros y ruedos taurinos y acaba de concebir la forma literaria peculiar a la que responde El gallego y su cuadrilla y otros apuntes carpetovetónicos (1949); allí, también, remata la primera versión de La colmena. Cinco años más tarde, en 1951 la publicación de esta novela en Buenos Aires, tras un infructuoso forcejeo con la censura española, tuvo amplio eco a ambos lados del Atlántico, a pesar de su prohibición en España, lo que representa para el autor la salida forzosa de la Asociación de la Prensa de Madrid y la supresión de la mayoría de sus colaboraciones en diferentes medios. En 1952, Cela viaja a Chile y Argentina, adonde pensó incluso trasladarse, y en 1954 de nuevo visita varios países hispanoamericanos.
En Caracas es declarado huésped de honor de la República y recibe el encargo de escribir una novela de ambientación venezolana, que aparece en 1955 con el título de La catira y obtiene el Premio de la Crítica en España. Dos años atrás había sido editada su novela anterior, Mrs. Caldwell habla con su hijo. Al tiempo, en el prólogo de la primera traducción inglesa de La colmena, el novelista exiliado Arturo Barea destaca, por encima de toda diferencia política, los elevados valores literarios y testimoniales de la obra.
Después un ciclo de conferencias pronunciadas en Oxford y otras universidades del Reino Unido, desde ese año de 1954 Camilo José Cela fija su residencia en Palma de Mallorca. Allí comienza a publicar, en 1956, la revista mensual Papeles de Son Armadans, que desaparecerá, por dificultades económicas, en 1979. Visita El Escorial con Ernst Hemingway, Con el que coincide también en las exequias de Pío Baroja, a quien considera su maestro más directo. El 26 de mayo de 1957 se produce el ingreso de Cela en la Real Academia Española para ocupar el sillón Q. A su discurso sobre La obra literaria del pintor Solana, le responde Gregorio Marañón. Al año siguiente viaja por Francia y visita por primera vez en La Californie a Pablo Picasso, que le ilustrará Gavilla de fábulas sin amor en 1962. Es precisamente ahora, en este mismo año, cuando la editorial Destino de Barcelona inicia la publicación de las Obras completas de Camilo José Cela, de las que aparecerán quince tomos hasta 1986. Los textos de sus novelas, libros de viajes, apuntes carpetovetónicos, relatos, artículos y narraciones, todos rigurosamente revisados por el autor, son propuestos como definitivos.
En 1959, con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de Antonio Machado, Cela firma con numerosos intelectuales y escritores españoles la convocatoria del homenaje que el 22 de febrero se pensaba celebrar simultáneamente en Collioure y Segovia. Al año siguiente firma también la carta colectiva en solicitud de la regulación jurídica de la censura y en 1962, ante la huelga de Asturias, el llamamiento a los españoles para que ejercitasen su derecho de petición al jefe del Estado en procura de lealtad informativa y regulación justa de los conflictos laborales. Había pronunciado también, en representación de los escritores en lengua castellana, un breve discurso en catalán en el homenaje a Joseph María Cruzet, director de la Biblioteca Selecta que acababa de publicar su volumen tricentésimo.
Durante 1963 y 1964 aparecen otros libros ilustrados de Camilo José Cela, tales como El solitario, Toreo de salón e Izas rabizas y colipoterras. A principios de 1964, y antes de ser nombrado doctor honoris causa por la Syracuse University, primero de sus veinticinco doctorados académicos recibidos entre ese año y 1999 (Universidad Kansas Gaidai del Japón), el novelista hace una nueva gira de conferencias, esta vez por los Estados Unidos, adonde regresa en 1966 para asistir en la Long Island University a la Conferencia internacional de escritores. Antes, a principios de 1965, había formado parte en La Habana del jurado del premio Casa de las Américas. Coincidiendo precisamente con su quincuagésimo aniversario, Cela inaugura su residencia mallorquina desde entonces, en La Bonanova. Allí vive intensamente dedicado al trabajo creador, cultivando la amistad de vecinos ilustres como Joan Miró o Robert Graves, recibiendo a distinguidos artistas e intelectuales de paso por la isla, dirigiendo Papeles de Son Armadans y marcando el rumbo de la Editorial Alfaguara, fundada en Madrid por él junto a sus hermanos Juan Carlos y Jorge, con el concurso financiero de Jesús y Juan Huarte. En Alfaguara aparecerá, en 1966, ilustrada por Eduardo Vicente, la octava edición de La colmena, primera con el texto completo, sin las supresiones impuestas en su día por la censura argentina. En diciembre de 1967, un concurrido banquete en el hotel Mindanao conmemora los veinticinco años de la publicación de La familia de Pascual Duarte, a la que Papeles de Son Armadans dedica un número extraordinario.
En 1968 es Cela quien responde al discurso de recepción en la Real Academia Española del gran bibliógrafo y erudito, maestro de hispanistas e intelectual liberal, Antonio Rodríguez Moñino.
Un año después aparece la renovadora novela Vísperas, festividad y octava de San Camilo del año 1936 en Madrid.
Asimismo en 1968 Cela da a la imprenta el primer tomo de su Diccionario secreto, riguroso trabajo de filólogo sobre el lenguaje proscrito.
Con motivo de un nuevo viaje a Hispanoamérica, Cela visita a su viejo amigo Pablo Neruda en su casa de la Isla Negra. Años más tarde, a raíz de la muerte de Neruda y los dramáticos sucesos de Chile, Cela renuncia al doctorado que le había otorgado la Universidad de Santiago.
En 1970 se estrena en el Carnegie Hall de Nueva York el oratorio María Sabina, con música de Leonardo Balada. Al éxito neoyorquino sucede un estruendoso fracaso en el teatro de la Zarzuela de Madrid.
Ya en 1973, en el acto de presentación de su desconcertante novela poética, que alcanza las últimas fronteras de la experimentación formal, Oficio de tinieblas 5, Camilo José Cela afirma: “Les ofrezco a ustedes el acta de defunción de mi maestría, de la que abdico. Me niego a convertirme en mi propia caricatura y también en mi propia mascarilla mortuoria.
Tuve todo y renuncio a todo; quiero seguir creciendo y, para ello, me niego a construir”. Sobre parecidas ideas, en especial la de que “la literatura no es más que una mantenida pelea contra la literatura”, vuelve a manifestarse en su intervención en el ciclo sobre novela española actual celebrado en la Fundación Juan March de Madrid en la primera semana de junio de 1975, bajo la dirección de José María Martínez Cachero y con la presencia sucesiva de cinco novelistas y cinco críticos.
Con la llamada “apertura” política que sigue al asesinato de Carrero Blanco, la Dirección General de Cultura Popular programa la reanudación de las actividades del Ateneo de Madrid, cerrado en 1972. Cela es llamado a presidir la nueva junta directiva, pero renuncia ante la imposibilidad de llevar adelante su proyecto de “liberalizar seriamente el Ateneo” y en repulsa por la ejecución de Salvador Puig Antich. En 1975 se estrena su versión de La resistible ascensión de Arturo Ui de Bertolt Brech, a la que seguirá, en 1978, La Celestina, “puesta respetuosamente en castellano moderno por Camilo José Cela”.
Tras la muerte del general Franco, y en el nuevo contexto político español, Camilo José Cela es designado senador por el rey Juan Carlos I en junio de 1977, y como tal interviene en la redacción del texto constitucional de 1978, especialmente en lo que se refiere al artículo 3.°, apartado 1, sobre la denominación precisa de la lengua oficial del Estado.
Su enmienda, aprobada por la comisión correspondiente y el pleno del Senado, que mencionaba como sinónimos el “castellano o español”, es sin embargo eliminada en la comisión mixta Congreso-Senado.
En el verano de 1978, la revista Cuadernos Hispanoamericanos le consagra un número doble de homenaje, con valiosos estudios sobre su obra, y en enero de 1980 es investido doctor honoris causa por la Universidad de Santiago de Compostela, y poco después por la de Palma de Mallorca. Asimismo, en julio de ese año es nombrado por real decreto, catedrático numerario de Literatura y Geografía Populares en la Facultad de Filosofía y Letras de esta última universidad.
Al año siguiente visita de nuevo como conferenciante varias universidades norteamericanas.
Precisamente en enero de 1982 se inicia el rodaje de La colmena, en adaptación cinematográfica de José Luis Dibildos y dirección de Mario Camus, cuyo estreno se produce en octubre. Ya en 1976, Ricardo Franco había dirigido el filme Pascual Duarte, basado en la novela de Camilo José Cela y sobre guión de Emilio Martínez Lázaro y Elías Querejeta. Al año siguiente su nueva novela de ambientación gallega largamente esperada, Mazurca para dos muertos, renueva el crédito creativo del novelista y obtiene el Premio Nacional de Literatura. En febrero de 1985 es elegido en París presidente de la Asociación Cultura Latina, puesto en el que sucede a Julio Cortázar. En 1986 publica su Nuevo viaje a la Alcarria y constituye en Iria Flavia la fundación que lleva su nombre, cuyo objetivo es, según reza el primer artículo de sus estatutos, “promover el estudio de la obra de Camilo José Cela y conservar su patrimonio cultural, humano y aun anecdótico”.
En 1987, el escritor obtiene el Premio Príncipe de Asturias y viaja a los Estados Unidos, pues está escribiendo su novela Cristo versus Arizona que se publicará al año siguiente, cuando Cela firma, con una larga nómina de intelectuales, políticos y artistas, una “carta abierta” a Fidel Castro pidiendo la realización de elecciones libres en Cuba. El jueves 19 de octubre de 1989, Camilo José Cela se convierte en el quinto Nobel de Literatura español, premio que recibe de manos del rey de Suecia en Estocolmo el 10 de diciembre. Comienza para él una etapa de reiterados reconocimientos académicos, literarios y sociales que coinciden con su separación y posterior divorcio de su primera esposa. Contrae nuevo matrimonio con la periodista Marina Castaño y traslada definitivamente su domicilio a la finca El Espinar, en las proximidades de Guadalajara, con frecuentes estancias en la Fundación de Iria Flavia, adonde trasladó un ingente legado bibliográfico, artístico y documental que incluye su epistolario y los manuscritos de sus obras. No obstante, su labor creativa, lejos de decrecer, cobra nuevos bríos. Además del segundo tomo de sus memorias ya mencionado, que aparece en febrero de 1993, Camilo José Cela publica dos novelas más, El asesinato del perdedor, en abril de 1994, y La cruz de San Andrés, que obtiene ese mismo año el Premio Planeta. En aquel mismo otoño, Cela publicaba desde su fundación el número cero de una nueva revista trimestral por él fundada y dirigida: El Extramundi y los Papeles de Iria Flavia.
En diciembre de 1995, Cela inscribe, por fin, su nombre en la lista de los galardonados con el Premio Miguel de Cervantes, el más importante de los concedidos a escritores hispanos, y, coincidiendo con su octogésimo aniversario, el rey Juan Carlos I le concede el título de marqués de Iria Flavia, cuyo escudo exhibirá como lema una expresión muy cara al escritor: “El que resiste, gana”. Incansable, publica en 1998 el tomo primero del Diccionario geográfico popular de España. Introducción a la dictadología tópica de España y da nombre a la nueva Universidad Camilo José Cela, de la que es designado rector honorario y vitalicio. Asimismo, es nombrado sátrapa del Colegio de Patafísica a instancias del dramaturgo Fernando Arrabal, al que en 1967 había defendido ante el Tribunal de Orden Público. En 1999 aparece su última novela, una vez más con ambientación en la Galicia de la “Costa de la Muerte”, cuyo título, Madera de boj, había trascendido ya diez años antes.
El primer número de su nueva revista El Extramundi y los Papeles de Iria Flavia, correspondiente a la primavera de 1995, incluye un prólogo, titulado “Enunciado de los buenos propósitos”, en donde se recuerda los Papeles de Son Armadans, “aquella revista que duró veinticuatro años y publicó más números que meses tuvo de vida”, para concluir con estas palabras: “me llenaría de gozo lo que no es probable: que a igualdad de duraciones, yo la siguiese dirigiendo en el 2019, a mis ciento tres años de vida. Para mí tengo que para entonces sería razonable que estuviese ya muerto y enterrado o, al menos, algo cansado y ligeramente harto”. La muerte le sobreviene, de hecho, el 17 de enero de 2002 en Madrid, en donde había fijado su residencia poco antes. Dos días más tarde se realizará la última voluntad que Camilo José Cela Trulock había expresado cuando su septuagésimo aniversario: “[...] declaro públicamente mi mejor deseo de fundirme con la tierra en el camposanto que rodea la antigua colegiata en la que fui bautizado”, la de Santa María de Adina en Iria Flavia.








