Hoy, 7 de julio, se conmemora el Día Internacional del Cóndor, una jornada para reconocer la majestuosidad de una de las aves más imponentes del mundo y alertar sobre la necesidad urgente de protegerla.
El cóndor andino, símbolo ancestral de sabiduría, libertad y conexión con los cielos, habita las altas cordilleras de América del Sur, desde Venezuela hasta la Patagonia. Con una envergadura que puede superar los 3 metros, es considerado el ave voladora más grande del planeta.
Aunque su imagen ha sido venerada por muchas culturas originarias, como la inca o la mapuche, hoy su existencia está amenazada. La pérdida de hábitat, la caza, el envenenamiento y la escasez de alimento están reduciendo sus poblaciones, especialmente en los Andes.
En países como Ecuador, este día es también una fecha nacional de homenaje, donde se realizan campañas educativas, censos poblacionales y esfuerzos de conservación para mantener viva su presencia en los cielos.
El cóndor no solo representa biodiversidad: también es símbolo espiritual, emblema de equilibrio natural y guía de cosmovisiones ancestrales.
Hoy, más que nunca, urge proteger al cóndor para que siga volando libre… y para que sigamos recordando que cuidar de la naturaleza es cuidar de nosotros mismos.








