La primera ola de calor del verano de 2025 ha dejado un impacto devastador: 166 personas fallecidas a causa de las altas temperaturas, según datos estimados del sistema MoMo (Monitorización de la Mortalidad diaria por todas las causas), bajo la coordinación del Ministerio de Sanidad.
Desde el 28 de junio hasta el 2 de julio, España ha vivido un episodio de temperaturas excepcionalmente elevadas, especialmente en el sur peninsular, donde se han alcanzado récords históricos. En localidades de Huelva, el termómetro ha llegado a marcar los 46 ºC, la cifra más alta jamás registrada en un mes de junio desde que existen registros oficiales.
166 muertes en solo cuatro días
Durante los cuatro días que duró esta ola de calor, el sistema MoMo ha estimado 166 muertes directamente relacionadas con el estrés térmico. Este sistema calcula el exceso de fallecimientos comparando la mortalidad observada con la esperada, permitiendo así medir el impacto sanitario real de estos fenómenos extremos.
El dato más desgarrador: el 95 % de las personas fallecidas eran mayores de 65 años, el grupo más vulnerable ante las altas temperaturas.
Junio letal: más de 380 muertes por calor extremo
Aunque esta ha sido la primera ola de calor oficial del año, junio de 2025 ha sido particularmente caluroso, registrando más de 380 muertes atribuidas al calor extremo en todo el mes.
Las olas de calor se han convertido en uno de los fenómenos meteorológicos extremos más mortales para la población. El último informe del Plan nacional de actuaciones preventivas frente al exceso de temperatura revela cifras alarmantes: entre 2015 y 2024, se han producido 23.820 defunciones por olas de calor en España.
De estas, 13.119 muertes se relacionan de forma directa con episodios extremos, lo que equivale a un promedio de 1.300 fallecimientos anuales. Es decir, cada día de ola de calor suma tres muertes más a las estadísticas de mortalidad.
Una década marcada por el calor
El año más trágico fue 2022, con 4.789 fallecidos por causas atribuibles al calor, seguido por 2023, con 3.009 defunciones, y 2024, que superó las 2.000 muertes. La gran mayoría de estas víctimas fueron mayores de 75 años, quienes representan el sector de la población más expuesto y desprotegido ante el cambio climático.
La primera ola de calor de 2025 no solo deja un balance luctuoso, sino también una advertencia: el calor mata, y lo hace cada vez con más frecuencia, más fuerza y más víctimas. España arde, y con ella, su población más frágil.
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