✍️ Tomeu Pizá — Abogado, Economista y Profesor/
La ola de calor ha llegado a afectar tanto a algunos cerebros que al final se les ha derretido algunas partes, el problema es que por lo visto ya estaban incompletos.
Han surgido comentarios y hechos que no son propios de los rancios isleños que aún persisten en nuestras islas, y, claro, no se acaba de comprender tanta idiotez, ignorancia y tozudez en hacer prevalecer aquello que ni sienten ni aman, ni conocen ni controlan.
El que un individuo muy entendido en raquetas surja de improviso y erigiéndose en filólogo se atreva a aseverar que en Mallorca no se habla el mallorquín, sino el catalán, bueno, no provoca ningún cataclismo, pero que un diario de la isla, lo publique en primera página, ya resulta alarmante. Si se acata al calor extremo, hasta puede tolerarse.
Ocurre que para arreglar el
desaguiso, lanza una segunda parte en portada, justificando lo
dicho el día anterior y publicado, argumentando que “Las
palabras de Toni Nadal sobre el catalán es lo que dice el
Estatut”. Señores de Última Hora, vergüenza deberían
sentir al tergiversar las cosas. LAS PALABRAS DE TONI NADAL NO
SON LO QUE DICE EL ESTATUT. Exactamente dice: "El Estatuto de
Autonomía de las Islas Baleares establece que el catalán y el
castellano son lenguas oficiales de la comunidad autónoma".
Simple y llanamente “son lenguas oficiales de la CCAA”. Para
nada cita que se hable el catalán, el tibetano o el mongol. Para
nada. Es precisamente porque se habla nuestra lengua madre el
mallorquín y el idioma oficial español. Ni más ni menos.
Claro que por nuestra industria turística nos complace hablar
otras lenguas con bastante soltura y no creamos conflicto alguno
por
ello.
La manipulación ya se excede, desde el citado diario, hasta la OCB, la UIB, el PP y demás colectivos y políticos renegados, que están empecinados en borrar de nuestra cultura un elemento tan importante como la lengua. Como si no fuera suficiente tener que soportar la imposición de una lengua foránea surgida a principios de siglo XX que ni es el catalán puro que se habla en las comarcas pirenaicas, el cual se puede escuchar en algunas voces del propio Parlament catalá. Es oficial en IB, vale, pero no es la lengua que se habla. Y mucho menos que así figure en el manipulado e impuesto Estatut.
No se pueden obviar los étimos iberos en los orígenes de las GIMNÈSIAS con su toponimia tan académica y técnicamente documentada por Mascaray, Sinto Conti, Corominas, Rosselló, etc. para que algunos payasos pretendan aplastar con un occitano arraigado en la Marca Hispana, surgido de las tropas que ayudaron al Imperio Carolingio a detener el rodillo musulmán y moro quedando preventivamente en esta parte de los Pirineos. Nunca pisó estas islas ni cruzó el Mare Nostrum aun teniendo en época del reino moro, un puerto a la altura de Génova, Tarraco o Cartagena. No, el occitano lemosín se quedó en el noreste peninsular. Sorprende el "natalio" ese, en línea del “terrossot de Campos” haciendo campaña a un PP más luchador en competir en corruptelas que en servicios a la ciudadanía. (Feijóo no se merece menos).
La lengua madre es el mallorquín, con gramática propia desde 1835. Crónicas, registros transacciones agrícolas, ganaderas y acuerdos, figuran redactados en mallorquín incluso antes del Decreto de Nueva Planta. En las escuelas se impartían clases en mallorquín hasta la década de los 80' sin impedimento alguno. El baléà (balear), también llamado mallorquín, fue reconocido por la R.A.E. como lengua diferenciada nombrando al Presbítero don Llorèns Ribé y Campíns, en 1928, como miembro en representación de la lengua mallorquina, en cumplimiento de lo dictado en Real Decreto de 27 noviembre de 1926. Los miembros de la R.A.E. en reunión Plenaria publicado en el Boletín Oficial de la R.A.E. de Septiembre - noviembre de 1959, reconoce la categoría de lengua al mallorquín/balear y al Valenciano. Poco se puede discutir este tema.
Por si fuera poco, ya que el calor ha encendido y calentado la semana de una forma alarmante, va y surge otro incendio en los medios de nuestro archipiélago. Un espectáculo, vulgar y barriobajero, “nada grave pero alarmante” como suele decirse. Se trata de dar coba a todo aquello que desestabilice para en rio revuelto surja la ganancia de pescadores, puesto que a nadie le amarga un dulce y el mosaico político está también que arde.
Blancanieves y Caperucita Roja, la han armado en el Parlament, suerte que el Lobo Feroz está por Madrid. Cabe pensar que va siendo hora de tener un líder con autoridad y educación que imponga orden y cordura en la formación política VOX (aunque se queden menos afiliados) la ciudadanía lo sabrá valorar. Las cluecas con cresta de gallo, perjudican. Y los gallos de pelea, perjudican más. Humildad, respeto y moderada agresividad, convincente y eficaz es lo que se necesita en una “isla de la calma” demasiado calmada. A veces. Predicar con el ejemplo. Luchar y defender lo nuestro, no lo de los otros. Ya no nos dejemos engañar más por retóricas y verborreas confusas.
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