Arde España

✍️ Francesc Jusep Bonnín — Agente de Prensa, cantautor, escritor, poeta, músico y pintor/  

Este artículo está escrito con todo el respeto a las personas que se lo merecen, es evidente que para otras va a ser que no.

España arde y me duele ver pueblos totalmente arrasados, me duele ver como miles de hectáreas de bosque están totalmente calcinadas.
Y más aún me duele la impotencia, el abandono, la tristeza, las lágrimas de las personas que lo han perdido absolutamente todo.

Y lo que más me duele de todo este desastre, es la muerte de seres humanos. Personas. Bomberos, UME, voluntarios, o ciudadanos que querían defender sus casas, sus enseres, sus animales, y lo más importante que es su vida.

Aquí es donde mi manera de ser, mi carácter, me impide ser todo lo suave que desearía a la hora de escribir este artículo. Junto a mi empatía, mi conciencia o mi orgullo.

Me he hartado de ver y de escuchar en los informativos de televisión, otra vez, por enésima vez, a los políticos, sean del partido que sean, que estén usando esta monumental circunstancia para tirarse los trastos a la cabeza, pasándose la pelota, criticándose como si no hubiera un mañana, despotricando unos contra otros.

Puede que mi ignorancia me lleve a no entender nada de política, pero de lo que sí entiendo es de sentido común.
Si una comunidad autónoma, ante una catástrofe como la que estamos viviendo en España, no se ve capaz ni puede, con sus propios medios y equipos de extinción asumir la responsabilidad que le compete con un mínimo de garantías, debe, y lo repito, debe pedir ayuda al gobierno central a las primeras de cambio.

A su vez los gobiernos, sean del color que sean, y con un mínimo de empatía y decencia, debieran de estar al tanto de las dificultades de las comunidades autónomas, dificultades como las que ahora están a la vista de todos, y no hacer comentarios idiotas como aquella famosa durante la dana, ¿se acuerdan ustedes?, "Si necesitáis ayuda la pedís".

Debe y tiene la obligación de intervenir y tomar el mando y la responsabilidad, cosa que parece no gustarles mucho, si hablamos de responsabilidades, y dejarse de estupideces, en tales circunstancias y de jugar a la gallina ciega, ofreciendo directamente todos los medios a su alcance, incluyendo el decretar emergencia nacional y echar mano del ejército, con todo el despliegue de material mecánico y humano para hacer frente a tan grave problema.

Y dejarse de peleas infantiles y del consabido y estúpido "y tú más", olvidando por una puñetera vez la burocracia, que no apaga incendios, máxime cuando hay vidas en juego.

Si estos héroes de la UME, bomberos, ciudadanos voluntarios y la propia gente afectada no dan a basto, debe decretarse la "EMERGENCIA NACIONAL" y como en Fuenteovejuna, todos a una.

Unificar esfuerzos y reclamar la ayuda al ejército si hace falta, que visto lo visto, sí hace falta, para que con sus medios unirse a la gigantesca tarea de ganarle al fuego y sofocarlo.

Quizá también sería provechoso modificar el Código Penal, para que los pirómanos "de oficio" cumplieran condenas más severas y cumplirlas íntegramente.

Y a los pirómanos con ciertos problemas mentales, no estaría de más hacerles un seguimiento al menos durante la época estival y tenerlos controlados.

Todo se puede hacer si se quiere hacer. Pero no mañana ni pasado, hacerlo ya.

Y para concluir este artículo, ciertamente un tanto extenso, quiero resaltar el intercambio de chinitas e improperios entre los políticos de turno que nos ha tocado aguantar estoicamente.

Unos dicen "tendrían que estar ahí", otros piden si se está bien en Cádiz, pero éstos no estaban cuando los trenes quedaron averiados en la vía en mitad de ninguna parte y con los más que sufridos viajeros sin agua, ni comida, ni aire acondicionado, y con niños horas y más horas y con un sofocante calor.

Ahora seguro que habrá personas que igual critiquen este artículo, pero no me importa, porque escribo para al menos defender de alguna manera a esas personas que lo están perdiendo todo mientras gobierno y comunidades autónomas siguen sin entenderse.

Y escrito está, al menos con el sentido común y el sentido de estado que en nuestros políticos parece escasear.

Toda mi solidaridad con los afectados.

No todo es gobernar, sino gobernar con coherencia.

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