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Feminismo radical y política: Entre la instrumentalización, la pérdida de identidad femenina y el desequilibrio legal

 


✍Francisco José Castillo Navarro, Director General del Grupo Periódico de Baleares, Presidente Fundador de AMC/

El feminismo ha sido, sin duda, una fuerza histórica para la conquista de derechos y la búsqueda de igualdad entre hombres y mujeres. No obstante, el surgimiento y auge del feminismo radical ha generado un debate complejo y controversial, donde se cuestiona su impacto en la identidad femenina, la salud, la justicia y la propia convivencia social.

En este artículo se profundiza en cómo ciertos sectores políticos, particularmente la izquierda en España, han utilizado este movimiento como una herramienta electoral, fomentando una narrativa de confrontación entre géneros que afecta derechos fundamentales y distorsiona la realidad social.

El feminismo radical y la pérdida de la feminidad

Uno de los aspectos más polémicos del feminismo radical es su tendencia a negar o cuestionar la importancia de la belleza femenina, la feminidad y el rol tradicionalmente asociado a la mujer. Se promueve una idea de que la realización personal consiste en alcanzar los mismos roles que los hombres, muchas veces a costa de sacrificar aspectos propios y valorados de la identidad femenina.

Esta visión lleva incluso a justificar conductas nocivas para la salud, como normalizar la obesidad bajo el argumento de “rebelarse contra el estándar de belleza”, o presentar la maternidad como una carga o un rol a rechazar. Margaret Atwood señaló:

"No es que no seamos capaces de crear vida; es que podemos decidir cuándo y cómo hacerlo."

Aunque defiende la libertad, esta frase invita a reflexionar sobre el valor profundo y ético de la maternidad.

Simone de Beauvoir, que sentó las bases del feminismo moderno, decía:

"No se nace mujer: se llega a serlo."

Pero esta construcción social no debe llevar a negar la riqueza de la experiencia femenina ni su derecho a elegir sin coerciones ideológicas.

La política y el feminismo: un uso electoral

En España, la izquierda ha convertido al feminismo radical en una bandera política para captar votos, promoviendo un discurso que enfrenta a mujeres contra hombres. Isabel San Sebastián ha expresado:

"Se ha convertido el feminismo en un instrumento de confrontación y en una trinchera política más que en una causa de igualdad real."

Esta utilización política alimenta una narrativa simplista donde el hombre es visto como opresor y la mujer como víctima permanente, generando divisiones sociales que dificultan el diálogo y la convivencia. Este enfrentamiento no solo es dañino, sino que también puede servir para manipular y controlar agendas políticas.

La justicia y la presunción de inocencia: un desequilibrio preocupante

Una de las consecuencias más graves de esta instrumentalización es la alteración del equilibrio legal en casos de denuncias por violencia de género. La legislación actual en España otorga un peso decisivo a la palabra de la mujer denunciante, dejando al hombre en una situación vulnerable y prácticamente obligado a demostrar su inocencia desde el inicio.

"El derecho a un juicio justo no debe ser sacrificado en aras de ningún movimiento político o social, por muy justas que sean sus causas."

Camille Paglia advierte:

"El derecho a un juicio justo no debe ser sacrificado en aras de ningún movimiento político o social, por muy justas que sean sus causas."

Este desequilibrio pone en riesgo uno de los pilares fundamentales de la justicia democrática: la presunción de inocencia. El sistema se ha inclinado hacia una visión ideológica que puede condenar a hombres inocentes, poniendo en jaque la confianza en la justicia.

Análisis de la legislación española sobre violencia de género y su impacto en la justicia

La legislación española en materia de violencia de género es una de las más avanzadas y específicas del mundo. Sin embargo, también ha generado un debate intenso sobre su equilibrio, justicia y protección de derechos tanto para las víctimas como para los acusados.

Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género

Esta ley es el principal marco legal en España para la protección de mujeres víctimas de violencia de género. Entre sus aspectos más relevantes está el reconocimiento de la violencia contra la mujer como un problema estructural y la creación de medidas específicas para protegerlas.

Aspectos positivos:

-Protección de víctimas mediante órdenes de alejamiento.

-Medidas de asistencia social y jurídica.

-Sensibilización y prevención.

Críticas y problemas:

-Presunción de culpabilidad: La ley, y la interpretación judicial derivada, puede fomentar la idea de que en denuncias de violencia de género la mujer es siempre la víctima y el hombre el agresor. Esto puede vulnerar el principio constitucional de la presunción de inocencia para el acusado.

-Desigualdad procesal: En ciertos casos, el hombre denunciado se ve en una posición jurídica desfavorecida, con menos recursos para defenderse, dado que la palabra de la denunciante puede tener un peso decisivo desde el inicio.

Reformas y polémicas recientes

En los últimos años, se han impulsado reformas para endurecer las penas y facilitar la denuncia, como la introducción del delito de acoso callejero y medidas para combatir la violencia digital.

Sin embargo, estas reformas también han generado debates sobre:

-El riesgo de abusos legales y denuncias falsas.

-La posibilidad de que la ley sea usada como un arma de presión en conflictos personales o familiares.

-La falta de recursos para una investigación exhaustiva en todos los casos, lo que puede derivar en injusticias.

Casos emblemáticos y su repercusión

Varios casos judiciales han puesto en evidencia las fallas del sistema y la necesidad de un debate más amplio y equilibrado.

-En algunos procesos, hombres han sido detenidos inmediatamente tras la denuncia, sin pruebas suficientes, y luego exonerados, pero con su reputación y vida personal dañadas irreparablemente.

-Denuncias infundadas han llevado a la ruptura de familias y a procesos judiciales largos y costosos.

La necesidad de un equilibrio justo

Para avanzar hacia una justicia real y efectiva, es fundamental que la legislación:

-Garantice la protección real y efectiva de las víctimas de violencia.

-Preserve el derecho fundamental a la presunción de inocencia y un proceso judicial justo para los acusados.

-Desarrolle mecanismos que eviten la instrumentalización de las denuncias.

-Promueva programas de educación y prevención para combatir las causas profundas de la violencia.


La idealización de la mujer y la victimización

Otra crítica fundamental al feminismo radical es la idealización de la mujer como un ser moralmente superior y exclusivamente víctima. Esta visión, además de simplista, es injusta y alejada de la realidad. Christina Hoff Sommers, filósofa crítica del feminismo radical, afirma:

"Las mujeres no son ángeles ni víctimas perpetuas, sino seres humanos con una amplia gama de comportamientos y responsabilidades."

Este enfoque fomenta una victimización constante que limita la autonomía y la complejidad de la mujer, promoviendo una dependencia emocional y social de la ideología feminista y alejando a la sociedad de una igualdad auténtica.

Expresiones controvertidas del feminismo radical

El feminismo radical también ha promovido expresiones públicas como manifestaciones semi desnudas que se presentan como “empoderamiento”. Sin embargo, Camille Paglia observa que:

"Cuando la mujer se convierte en su propia mercancía, pierde su poder."

Este tipo de acciones, lejos de fortalecer el auto respeto femenino, pueden contribuir a la cosificación del cuerpo y a la pérdida de la dignidad personal.

Hacia un feminismo crítico y equilibrado

El feminismo radical, tal como ha sido instrumentalizado por la izquierda en España, ha provocado un enfrentamiento social, un desequilibrio jurídico y una pérdida de identidad femenina en el camino. No es el hombre quien destruye la feminidad, la belleza o la dignidad femenina, sino ciertas corrientes ideológicas que terminan por imponer nuevas formas de opresión y división.

Se necesita recuperar un feminismo que promueva el diálogo, el respeto mutuo, la justicia equilibrada y la diversidad de experiencias femeninas, alejándose de la polarización y de las manipulaciones políticas. Solo así se podrá avanzar hacia una igualdad real y genuina, que empodere a la mujer sin destruir su identidad ni sacrificar derechos fundamentales de otros sectores de la sociedad.



FJCN