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| De izquierda a derecha: Francesc Jusep Bonnín, Ángel Cortés. |
En una de las zonas más vivas y cálidas de Palma de Mallorca, donde el sol acaricia las terrazas y la vida cotidiana fluye con aroma a café recién hecho, existe un rincón que desde hace más de cuatro décadas no solo ofrece desayunos y meriendas, sino también pequeños momentos de felicidad compartida. Ese lugar es Pastelería Ángel.
Desde 1981, este negocio familiar ha abierto sus puertas cada día —de lunes a domingo, desde las 7:00 hasta las 22:00— con una sola misión: servir alegría en forma de pan, bollería, pastelería y delicias dulces y saladas. Su historia es la de una familia de artesanos que, con esfuerzo, cariño y mucha harina en las manos, fue tejiendo una tradición que hoy ya es leyenda en la isla.
Al frente de esta tradición está Ángel Cortés, heredero del arte pastelero y guardián de recetas que saben a infancia, a domingo en familia y a tardes de verano. Ángel no solo elabora productos típicos de la región en su obrador; pone el alma en cada preparación, porque sabe que lo auténtico no necesita adornos, solo dedicación.
En sus vitrinas se alinean ensaimadas que cruzan fronteras gracias a su venta online, cruasanes que se deshacen en la boca y empanadas mallorquinas que huelen a hogar. Cada pieza está hecha con el mismo amor con el que Ángel aprendió a hornear junto a sus antecesores, y con el mismo compromiso que lo ha llevado a convertirse en una referencia indiscutible en la isla.
Pero Pastelería Ángel es más que un lugar donde se come bien. Es un espacio donde se respira comunidad, donde los vecinos se saludan por su nombre, y donde cada cliente es tratado como uno más de la familia.
Recientemente, este espíritu se reflejó en un gesto que fue mucho más que simbólico. Francesc Jusep Bonnín, Agente de Prensa del Periódico de Baleares, hizo entrega oficial del código QR que ahora luce en el establecimiento, permitiendo a cualquier persona acceder a noticias en todos los idiomas desde su móvil. Este pequeño detalle encierra un enorme mensaje: informar es también cuidar, es ofrecer a cada visitante no solo un bocado delicioso, sino también una puerta al mundo.
Ese día, Ángel y Francesc compartieron una conversación que fue más allá de lo cotidiano. Hablaron de prensa, de verdad, de la necesidad de estar informados y de cómo los pequeños negocios pueden ser también motores de cambio. Así, la pastelería se convirtió en símbolo de una sociedad más conectada, más solidaria y más consciente.
En un mundo que a veces va demasiado rápido, Pastelería Ángel sigue horneando con calma. Porque aquí no se trata solo de vender productos, sino de nutrir el alma con cada gesto, cada sabor y cada sonrisa.
Quienes han probado sus especialidades lo saben: en este rincón de Palma no solo se desayuna o se merienda… se recuerda, se agradece y se vuelve.
Si tú también crees en estos principios, puedes formar parte de este movimiento escribiendo a marketing@periodicodebaleares.es.
En la actualidad los establecimientos y entidades que tienen > QR Periódico de Baleares
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