✍️ Francesc Jusep Bonnín : Agente de Prensa, cantautor, escritor, poeta, músico y Pintor/
Aunque sea domingo, mi fiel despertador me llama a las seis, y previo desperezamiento incluido, y rascados varios, me encamino a refrescarme la cara, y posteriormente al santuario de los desayunos, a ponerme un buen café que el cuerpo me pide a grito pelado, mientras voy removiendo con la cucharilla el azúcar de turno, me dirijo a mi otro santuario, mi pequeña terracita, más en la categoría de balcón aceptable que de terraza, y me siento en mi silla de madera plegable y me dispongo a saborear, entre el fresquito y el silencio de la mañana recién estrenada, mi primer tentempié en forma de café.
Y no puedo de más hablar a estas horas de la mañana que también se despereza conmigo, con mi otro yo.
Y recordaba de ayer, un programa en el que se nos mostraba la fastuosidad de algunos ricos... “ricos”... decía, se me mostraba su gran opulencia.
Lejos de envidias, me alegraba que alguien que pueda, viva "mejor" que muchos, que se conforman con su neverita, su aperitivo, la cervecita y su playa dominguera, en la cual con la familia, eso sí, en un grado menor en el estatus social que tanto les preocupa a tantos, compiten con las demostraciones de poderío monetario.
Y miré al cielo encapotado, un cielo de calima veraniega clamando una tormenta para refrescar el bochorno del sufrido ciudadano de a pie, sin más aire acondicionado que un mísero ventilador ruidoso, o un aire acondicionado que funciona con la condición de abrir más o menos la ventana.
Y me sonreí, porque lejos de los fastuosos yates de Ibiza, fiestas, comilonas y grandes cenas con marcha hasta las tantas, en mi pequeño pedazo de cielo, rodeado de mis fieles macetas, no sentía envidia. "Quien no se conforma es porque no quiere". En todo caso, daba gracias por mi familia, por mi tranquilidad, por mi pequeña terracita, por mi café y por mi otro yo que simplemente me decía que no hace falta tener más, sino desear menos, que la tranquilidad de lo sencillo enriquece más el alma, y más aún si en esa alma de currantes con hipoteca se sabe hallar la fórmula de la felicidad.
Y mi otro yo concluyó: la envidia no es buena, el rencor tampoco, la avaricia rompe el saco y nada, absolutamente nada, paga, simplemente porque no hay dinero para hacerlo, la tranquilidad de una terracita, más bien balcón, con un café en la mano, una mañana recién estrenada y una gran sonrisa en tu interior.
Que disfrutéis de este domingo en paz, puntitos del universo en general, que osáis leer estos comentarios de un pobre cantautor, eso sí... pero... con alma mediterránea.
👉 Si quieres leer más creaciones del autor, entra al siguiente enlace: Francesc Josep Bonnín


.jpg)





