✍️ Silvia Pérez — Subdirectora, Sanitaria, Terapeuta de animales, Dietética y Nutrición/
Decimocuarta entrega
En la entrega anterior, hablamos de los problemas digestivos y el tránsito intestinal durante la menopausia: gases, hinchazón, digestiones lentas o estreñimiento. Comentamos qué cambios son habituales, por qué pueden ocurrir y cómo mejorar estos síntomas con pequeños ajustes en la dieta, la hidratación y el movimiento diario.
Hoy nos centramos en otro cambio que puede aparecer en esta etapa: la caída del cabello y las alteraciones en el cuero cabelludo. No a todas las mujeres les sucede, pero cuando ocurre puede afectar la autoestima. En esta entrega te explicamos qué es normal, qué puede pasar y cómo cuidarte sin alarmas.
¿Qué cambios pueden ocurrir en el cabello y el cuero cabelludo?
- El cabello puede afinarse con el paso del tiempo.
- Algunas mujeres notan menos densidad o más caída en zonas como la raya o la parte frontal.
- El pelo puede volverse más seco, poroso o quebradizo, aunque no siempre ocurre.
- El cuero cabelludo puede volverse más seco, más graso o más sensible a ciertos productos.
- También es posible una reacción más fuerte a tintes, espumas o champús agresivos.
Estos cambios son posibles, pero no inevitables, y suelen aparecer de forma gradual.
¿Por qué puede cambiar el cabello?
- La disminución de estrógenos afecta la fase de crecimiento del cabello.
- Puede cambiar la circulación sanguínea del cuero cabelludo, reduciendo el aporte de nutrientes.
- El estrés emocional, la falta de sueño o los déficits de vitaminas también influyen.
- Algunas condiciones médicas (como alteraciones tiroideas o anemia) pueden agravar la caída.
Importante: No todas las mujeres sufren caída del cabello durante la menopausia.
Y si aparece, tiene causas fisiológicas y puede tratarse.
Cuidados diarios que marcan la diferencia
- Usa champús suaves, sin sulfatos ni siliconas.
- Cepilla suavemente cada día para estimular la circulación.
- Evita el calor excesivo, los peinados tirantes y los productos agresivos.
- Realiza masajes suaves con aceites naturales como coco, romero o ricino.
- Deja el cuero cabelludo limpio y aireado, sin lavar en exceso.
Truco útil: Dedica 2 minutos al día a masajear tu cuero cabelludo con la yema de los dedos. No solo estimula el crecimiento, sino que también relaja.
Alimentos que fortalecen desde dentro
- Frutos secos (nueces, almendras): ricos en biotina y zinc.
- Huevos, pescado azul y legumbres: fuentes de proteína, hierro y ácidos grasos.
- Verduras de hoja verde: aportan hierro, vitamina C y antioxidantes.
- Agua e infusiones digestivas: la hidratación es clave para la salud capilar.
Otros refuerzos naturales que también ayudan
- Colágeno hidrolizado: favorece la salud del cabello, la piel y las uñas. Muchas mujeres, como yo misma, han notado una mejora notable al incorporarlo de forma regular.
- Silicio orgánico: presente en suplementos o en plantas como la cola de caballo, ayuda a fortalecer el pelo desde la raíz.
- Té de ortiga: rico en hierro, vitamina C y minerales que estimulan el cuero cabelludo.
- Mascarillas caseras de yema de huevo, aguacate o aceite de oliva aportan brillo e hidratación.
Nota personal: Cada cuerpo es único. Lo que funciona a una, puede no tener efecto en otra… pero hay opciones reales, naturales y accesibles para mejorar la salud capilar desde dentro y desde fuera.
¿Cuándo conviene consultar?
- Si la caída es muy abundante o aparecen zonas de despoblamiento.
- Si hay descamación, picor o enrojecimiento persistente.
- Si crees que puede haber un déficit nutricional o problema hormonal.
- Un dermatólogo o tricólogo puede ayudarte a determinar la causa y orientar un tratamiento.






