Un animal marino que desafía al tiempo
Las langostas no solo son famosas en la gastronomía, también lo son por su sorprendente longevidad.
Estos crustáceos pueden llegar a vivir más de 100 años, manteniéndose activos y saludables durante décadas.
A diferencia de muchos animales, las langostas no muestran signos claros de envejecimiento: siguen creciendo y reproduciéndose incluso en edades avanzadas.
Su secreto está en una enzima llamada telomerasa, que les ayuda a reparar el ADN de sus células de forma continua, retrasando el desgaste natural.
Este fenómeno ha convertido a las langostas en objeto de estudio científico, pues podrían aportar pistas sobre el envejecimiento humano.
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