Un gesto pequeño que puede cambiar un día entero
Cada primer viernes de octubre se celebra el Día Mundial de la Sonrisa, una iniciativa que nos recuerda el poder transformador de un gesto tan sencillo como sonreír.
La idea nació gracias a Harvey Ball, el creador del famoso icono smiley en 1963. Con el tiempo, quiso que hubiera una fecha especial para celebrar la alegría, la amabilidad y la conexión entre personas más allá de culturas o idiomas.
La sonrisa tiene un efecto positivo tanto en quien la da como en quien la recibe: reduce el estrés, mejora el ánimo y favorece la empatía. En un mundo donde las prisas y los problemas suelen dominar, dedicar un momento a sonreír puede marcar la diferencia.
Hoy es un buen día para practicar este gesto con tu familia, amigos, compañeros… o incluso con un desconocido. Una sonrisa no cuesta nada, pero lo puede cambiar todo.
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