✍COINPE/Un estudio de la Universidad de Southampton alerta de los peligros del ‘sharenting’ y advierte que compartir fotos de menores puede aumentar el riesgo de ciberacoso y delitos de identidad
Investigaciones de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, revelan que los niños están más expuestos al robo de identidad, al ciberacoso y a fraudes futuros cuando sus padres publican fotografías suyas en redes sociales.
El fenómeno, conocido como sharenting —la práctica de documentar los momentos especiales de la infancia en Internet—, se ha convertido en un hábito común entre padres y madres. Sin embargo, los expertos advierten que este comportamiento puede generar graves riesgos para la seguridad, la privacidad y el bienestar de los menores.
Según el informe publicado por la periodista Shiona McCallum en la BBC, los investigadores encuestaron a más de 1.000 padres británicos y realizaron entrevistas de seguimiento. Descubrieron que el 45 % de los progenitores publica activamente fotos de sus hijos en línea, mientras que uno de cada seis afirmó que su hijo había sufrido algún tipo de daño relacionado con ello.
Además, revelar datos personales —como la fecha de nacimiento, la dirección o el nombre de las mascotas— puede incrementar el riesgo de fraude de identidad a medida que los niños crecen. El estudio destaca que muchos padres sobreestiman la protección que ofrecen las configuraciones de privacidad de las redes sociales, sin ser conscientes de que estas pueden anularse o vulnerarse fácilmente.
Los investigadores alertan también sobre un riesgo emergente: la inteligencia artificial. En la dark web, algunos delincuentes utilizan herramientas de IA para crear imágenes falsas de contenido sexual infantil a partir de fotografías comunes publicadas por las familias. Estas imágenes, de alta calidad y apariencia realista, podrían emplearse en casos de extorsión o chantaje digital.
En conclusión, el estudio subraya la necesidad de concienciar a los padres y tutores sobre el impacto de compartir imágenes de menores, recordando que lo que hoy parece inocente puede convertirse en una amenaza real para la seguridad y la privacidad de sus hijos en el futuro.








