✍️ Francesc Jusep Bonnín : Agente de Prensa, cantautor, escritor, poeta, músico y pintor/
Nos conocimos hace 45 años, cómo pasa el tiempo. Éramos jóvenes, con inquietudes y con ilusiones, proyectos y alguna que otra utopía.
Decidiste cumplir tu gran sueño: volar. Y te propusiste lograrlo, y así fue, comandante.
Mucho más tarde, una vez jubilado, cumpliste otro sueño, el de la radio, y te costó trabajo, puesto que salías con bien de un maldito ictus. Pero eso no te frenó, porque siempre fuiste constante en tus proyectos. Vivimos muchísimas cosas.
Tú estabas por aquel entonces en los UII (Unidad de Intervención Inmediata) de la Policía Municipal, ahora Policía Local. Yo por aquel tiempo estaba en la COPE y decidí hacer un reportaje cada viernes por la noche con vosotros. Ahí empezó nuestra amistad hasta ahora.
Fue tal la amistad que, en unos pocos meses, éramos como hermanos, ese hermano pequeño que siempre había deseado tener.
Tu humanidad y tu don de gentes estaban fuera de toda duda: amable, siempre risueño, amante de los chistes y de contarnos tu famosa receta por Navidad del “pavo al whisky”. ¡Lo que nos reímos contigo en la radio cuando, con voz de borrachín, nos ibas contando los pasos de tu receta!
Persona buena donde las haya y siempre dispuesto a ayudar, a compartir, a ser una persona amable, y a cabrearte con mucho arte algunas veces.
Comimos y cenamos juntos muchas veces, en casa y fuera. Eras el batería honorífico de mi grupo de música y te encantaban mis canciones, siempre con una palabra educada y amable en tu boca.
Debería colocar ahora un taco, una palabra malsonante, y lo voy a hacer: nos has hecho una putada. Pero seguro que, sabiendo cómo eres, y sabiéndolo muy bien, puesto que nos conocíamos mucho, te has ido sin querer.
Mi muy querido amigo, mi muy estimado hermano, no sé si en el cielo habrá simuladores de vuelo o emisoras de radio, pero no hará falta, porque tú seguirás volando alto, entre las ondas y los mandos de tu avión en ese último vuelo.
Cuando llegues a donde sea, reza por nosotros, que nosotros rezaremos por ti. Cuídanos desde las alturas, porque en nosotros siempre estarás presente. Hasta puede que te duelan los oídos por seguir hablando de ti.
Manolo, gracias por ser como has sido para mí: un amigo y un hermano. Y si ves al Señor, le saludas de nuestra parte.
Siempre a tus órdenes, mi comandante.
No dudaremos nunca de que eres un gran ser humano, querido “Manolo”, que estás en la tierra como en el cielo.
Un abrazo y un beso.
“Estimat”.
Si quieres leer más creaciones del autor, entra al siguiente enlace 👉 Francesc Josep Bonnín


.jpg)





