Un sacrificio para proteger a la colmena
Las abejas obreras solo pican cuando sienten que su colmena está amenazada, y lo hacen a costa de su propia vida. Su aguijón tiene forma de arpón y queda atrapado en la piel del enemigo. Al intentar retirarse, la abeja desgarra parte de su abdomen, llevándose consigo el aguijón, el veneno y parte de sus órganos internos.
Este acto letal no es un error de la naturaleza: es una defensa biológica. El veneno liberado sirve para advertir al resto de la colonia del peligro, marcando con feromonas la zona del ataque. Así, las demás abejas acuden a defender el nido.
Curiosamente, esto solo ocurre cuando pican a mamíferos o aves, ya que su piel es gruesa. Si la abeja pica a otro insecto, puede retirar su aguijón y sobrevivir.
Un gesto heroico y trágico a la vez: mueren por proteger la vida de miles de sus compañeras.
¿Quieres conocer más curiosidades que te sorprenderán? Descúbrelas todas en nuestra sección especial →👉 Sabías Por Qué






