Su origen está en un descubrimiento accidental... gracias a una actriz e inventora
Aunque hoy no podríamos vivir sin WiFi, su historia comenzó mucho antes de los teléfonos móviles o los ordenadores portátiles. En plena Segunda Guerra Mundial, la actriz Hedy Lamarr, junto al compositor George Antheil, desarrolló una tecnología de comunicación por salto de frecuencia para guiar torpedos sin ser detectados.
Años después, ese principio sirvió de base para crear los sistemas de transmisión inalámbrica que darían lugar al WiFi moderno.
El estándar se consolidó en 1997, permitiendo conectar ordenadores, móviles y otros dispositivos sin cables, revolucionando la forma en que nos comunicamos y trabajamos.
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