Un viaje nocturno por la mente
Durante el sueño, nuestro cerebro no descansa: trabaja intensamente organizando recuerdos, procesando emociones y simulando situaciones para ayudarnos a comprender mejor el mundo que nos rodea.
Los científicos aún no saben con certeza por qué soñamos, pero las teorías más aceptadas apuntan a que los sueños son una forma de limpiar, integrar y equilibrar la mente.
Cuando soñamos, el cerebro combina fragmentos de experiencias reales con elementos imaginarios, creando escenarios donde ensaya respuestas a miedos, deseos o conflictos. Es como si cada noche realizara una especie de “ensayo emocional” para prepararnos ante la vida real.
Durante la fase REM —la más profunda del sueño— se activan áreas del cerebro relacionadas con la memoria, la creatividad y las emociones, mientras se inhibe el control racional. Por eso los sueños pueden parecer tan absurdos y, al mismo tiempo, tan reveladores.
En resumen, soñamos para procesar lo que somos, lo que sentimos y lo que tememos.
Cada sueño es una puerta que se abre hacia nuestro interior.
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