Recordar es una forma de mantener viva la presencia de quienes amamos
Cada 2 de noviembre la Iglesia Católica conmemora el Día de los Fieles Difuntos, una jornada dedicada a orar por todas las almas que ya partieron, especialmente por aquellas que aún necesitan alcanzar la paz eterna.
Aunque no es festivo civil, en muchos lugares se mantiene la costumbre de visitar los cementerios, encender velas y llevar flores, en un gesto que une el amor, la memoria y la esperanza. Es un día de recogimiento, pero también de gratitud por las vidas que compartimos y las huellas que dejaron en nosotros.
En el silencio de este día, cada pensamiento, cada flor y cada oración se convierte en un puente entre la vida y el recuerdo.







