Un día para acompañar a quienes caminan con una ausencia que pesa
Cada año, millones de personas en el mundo viven una realidad silenciosa: la pérdida de un ser querido por suicidio. El Día Internacional de las Personas que han perdido a alguien por suicidio busca ofrecer apoyo, comprensión y un espacio seguro para quienes afrontan un duelo complejo, lleno de preguntas sin respuesta y emociones difíciles de nombrar.
Este día recuerda que nadie debería atravesar este camino en soledad. Muchas familias y amistades cargan con culpa, dolor y silencio, por miedo al estigma o por no saber cómo expresar lo que sienten. Hoy se invita a romper ese muro, a hablar, a escuchar y a reconocer que este tipo de duelo necesita acompañamiento y respeto.
Las asociaciones de apoyo a supervivientes del suicidio organizan encuentros, charlas, grupos de escucha y actividades en las que las personas pueden compartir sus experiencias con otras que han vivido situaciones similares. Hablar no borra el dolor, pero lo hace más llevadero, y sobre todo, humaniza un sufrimiento que tantas veces se esconde.
Este día también es un recordatorio de la importancia de la prevención, la salud mental y el acceso a ayuda profesional. Apoyar a los deudos es también una forma de salvar vidas: su experiencia puede transformar la manera en que la sociedad entiende el suicidio y cómo acompañamos a quienes están en riesgo.
Hoy, más que nunca, vale la pena acercarse a quien lo necesita y recordar que la empatía salva.
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