Un hombre sin nombre, un mensaje arrancado y un misterio que desafía a la ciencia desde 1948
La mañana del 1 de diciembre de 1948, un hombre bien vestido apareció muerto en la playa de Somerton, en Adelaide (Australia). Estaba recostado contra un muro, con una postura casi tranquila, como si estuviera durmiendo. No tenía señales de violencia, ni documentos, ni etiquetas en su ropa. Cada marca, logo y etiqueta había sido retirada cuidadosamente.
La policía estaba desconcertada:
- No llevaba cartera ni identificación.
- Sus huellas dactilares no coincidían con ninguna base de datos.
- Nadie denunció su desaparición.
Era como si no existiera.
El cuerpo mostraba un detalle aún más extraño: tenía un pequeño bolsillo cosido por dentro del pantalón, un bolsillo secreto que no es habitual en ningún traje. Dentro, había un diminuto papel enrollado con dos palabras impresas:
“Tamam Shud”
Una expresión persa que significa “terminado” o “acabado”.
Los investigadores descubrieron que ese pedazo había sido arrancado de un libro muy concreto: Rubaiyat de Omar Khayyam. Pero el libro no aparecía… hasta que alguien entregó uno encontrado en el asiento trasero de un coche sin cerrar, aparcado cerca de la playa.
La última página del libro tenía un código escrito a mano, formado por letras en un patrón que nunca ha sido descifrado. Y en la contraportada había un número de teléfono que pertenecía a una mujer llamada Jestyn, que vivía muy cerca del lugar donde el hombre fue hallado.
Cuando la policía le mostró el busto reconstruido del fallecido, la mujer reaccionó con un sobresalto que llamó la atención de los agentes. Aun así, siempre negó conocerlo.
El misterio creció con los años:
- El hombre tenía una musculatura peculiar, como si hubiera estado entrenado para trabajos especiales.
- La ropa era impecable pero sin etiquetas.
- El mensaje “Tamam Shud” sugería una despedida.
- El código encontrado en el libro sigue sin ser resuelto.
- Y su identidad permaneció oculta durante más de 70 años.
En 2022 se propuso una identidad probable mediante análisis genético, pero muchos detalles clave siguen sin encajar: su vida, sus motivos, cómo llegó a Somerton y por qué murió siguen siendo un rompecabezas.
El Hombre de Somerton, también conocido como el caso Tamam Shud, continúa siendo uno de los misterios más enigmáticos de la historia moderna: un extraño entre la multitud, cuya última palabra sigue resonando décadas después.
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