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El Gobierno refuerza la vigilancia ante el aumento de incidentes que considera una amenaza directa para la seguridad nacional
Polonia ha anunciado el despliegue de 10.000 militares para proteger su infraestructura crítica, especialmente la red ferroviaria, tras el reciente sabotaje detectado en varias líneas del país. Las autoridades consideran que estos incidentes suponen un riesgo grave para la seguridad y han decidido intensificar de inmediato las medidas de vigilancia.
El Ejecutivo polaco explicó que el despliegue tiene como objetivo prevenir nuevos ataques, garantizar la continuidad del transporte y reforzar la capacidad de respuesta ante posibles acciones hostiles. Según Varsovia, el sabotaje forma parte de una estrategia para desestabilizar el país en un momento especialmente sensible para la seguridad europea.
El ministro de Defensa afirmó que la presencia militar en puntos estratégicos será “visible y permanente” mientras continúe la amenaza, y subrayó que Polonia “no permitirá que se ponga en riesgo a la población ni a los servicios esenciales del Estado”.
La investigación sobre el sabotaje continúa abierta, mientras los servicios de inteligencia analizan todas las pistas para determinar la autoría y el alcance de los daños.








