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Rusia y Corea del Norte: una alianza de mano de obra para impulsar la fabricación de drones Shahed

 

Investigación exclusiva del Periódico de Baleares

En el marco de la guerra en Ucrania y del incremento de la cooperación entre Moscú y Pyongyang, el Periódico de Baleares ha llevado a cabo una investigación exhaustiva consultando medios internacionales, informes oficiales y documentación de inteligencia que revela un movimiento geopolítico de gran relevancia: Rusia planea incorporar hasta 12.000 trabajadores norcoreanos a sus fábricas militares en Tatarstán, donde actualmente se produce el dron de ataque Shahed/Geran, empleado con frecuencia en el conflicto.

Un acuerdo silencioso, pero estratégico

Según los datos analizados por este periódico, las previsiones sitúan la llegada de estos trabajadores antes de finales de 2025. Las fuentes consultadas señalan que se trataría de un acuerdo que involucra a la empresa norcoreana Jihyang Technology Trade Company, cuyo personal sería trasladado a la zona económica especial de Alabuga, el corazón industrial donde Rusia ensambla y adapta los drones Shahed de tecnología iraní.

Este pacto, aunque no ha sido confirmado públicamente por Moscú, aparece mencionado en informes de inteligencia ucranianos, en registros de prensa internacional y en datos recopilados por observatorios de seguridad europeos.

Condiciones laborales bajo escrutinio

Los documentos revisados indican que los trabajadores norcoreanos recibirían salarios extremadamente bajos, en torno a 2,5 dólares por hora, y que operarían en turnos mínimos de 12 horas. Estas condiciones han despertado alarmas entre organizaciones de derechos humanos, que advierten del riesgo de explotación laboral y del posible traslado de prácticas de trabajo forzado, históricamente documentadas en Corea del Norte, hacia suelo ruso.

Impacto militar y geopolítico

La presencia de miles de operarios norcoreanos permitiría a Rusia:

-Aumentar drásticamente la producción de drones Shahed, una pieza clave en su estrategia de desgaste contra la infraestructura ucraniana.

-Liberar mano de obra rusa, que podría ser reubicada en otras ramas de la industria militar.

-Profundizar su alianza estratégica con Corea del Norte, un país que busca romper su aislamiento internacional mediante acuerdos militares y laborales.

Por su parte, para Pyongyang, este acuerdo representa una oportunidad para obtener divisas, reforzar la cooperación con un aliado nuclear y mostrar capacidad para sostener industrias militares en el extranjero.

Una operación envuelta en opacidad

La investigación de El Periódico de Baleares constató que la información disponible procede principalmente de agencias de inteligencia, filtraciones de funcionarios regionales rusos y medios internacionales que han seguido de cerca las actividades de la fábrica de Alabuga, especialmente después de varios ataques y sabotajes registrados en 2024 y 2025.

No obstante, la falta de transparencia oficial y el carácter militar del proyecto dificultan el acceso a datos completos. Aun así, el patrón observado intensificación de vínculos Rusia-Corea del Norte, coincidencia temporal con acuerdos armamentísticos y aumento del personal extranjero en zonas industriales militares refuerza la credibilidad de este plan.