El silencio tiene su explicación tecnológica
Los coches eléctricos sorprenden por lo silenciosos que son, sobre todo cuando se comparan con los vehículos de combustión. Esto se debe a que no tienen motor térmico, por lo que no hay explosiones internas ni gases saliendo por el escape. El sonido más fuerte de un coche eléctrico suele venir de los neumáticos o del roce del aire.
En lugar de un motor de pistones y combustión, los eléctricos usan un motor eléctrico de imanes y corriente, que transforma la energía directamente en movimiento. Esa eficiencia hace que apenas haya fricción o vibraciones.
De hecho, desde 2019 la Unión Europea obliga a que los coches eléctricos emitan un sonido artificial a baja velocidad (el llamado AVAS, Acoustic Vehicle Alerting System) para alertar a peatones y ciclistas, especialmente en ciudad.
Silencio, sí, pero con seguridad.
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