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La magia empezó con tinta y café... no con una editorial.
J.K. Rowling, la célebre autora de la saga Harry Potter, no siempre escribió en lujosos escritorios ni rodeada de libros antiguos. De hecho, los primeros bocetos de lo que se convertiría en uno de los mayores fenómenos literarios del siglo XXI fueron escritos… ¡en servilletas de papel!
Todo comenzó en un tren retrasado entre Manchester y Londres. Según contó la propia Rowling, la idea del joven mago apareció de golpe en su mente y, al no tener papel a mano, escribió lo que pudo en cualquier cosa que tuviera cerca: servilletas, billetes de tren y trozos de papel sueltos. Luego, continuó escribiendo en cafeterías de Edimburgo, empujada por el frío, la falta de calefacción en su piso y muchas veces con su hija pequeña a su lado.
De servilletas improvisadas a manuscritos rechazados por múltiples editoriales, su historia es un ejemplo de perseverancia y creatividad en los momentos más difíciles.
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