“Los libreros reivindican Sant Jordi como fiesta popular” (Portada UH día 15 de abril y páginas interiores). Algo sorprendente cuando argumentan los mismos libreros que son independientes, está claro que dependen de ayudas y subvenciones. No deben ser rentables al exigir apoyo institucional, económico, moral y cultural. Así cualquiera. Pero ¿y los otros? Exigen apoyo y reclaman se considere a “Sant Jordi” fiesta popular en Mallorca que siempre hemos tenido y apreciado EL DÍA DEL LIBRO, como todo el mundo, no precisamente fiesta popular, más bien celebración internacional.
Pocos datos reales y sí muchas historias y leyendas son las que rodean a la figura de San Jorge, del que se sabe que es uno de los mártires de los primeros siglos, que fue soldado romano nacido en la Capadocia, hoy Turquía, y que murió por su defensa de la fe cristiana durante la persecución de Diocleciano. Su culto se extendió rápidamente por toda la Iglesia, primero oriental y luego también en Occidente. Algo que seguramente desagradará a los nuevos ciudadanos del Noreste Peninsular. Los guerreros influyeron mucho en transformar la figura de san Jorge mártir en un santo simbolizando la escena del dragón como la derrota del islam.
Jorge, cuyo nombre tiene un origen griego que significa “agricultor”, se trasladó a Palestina y entró a formar parte del ejército de Diocleciano. En el 303, cuando el emperador emanó el edicto de persecución contra los cristianos, Jorge habría donado todos sus bienes a los pobres, rompió el documento y profesa su fe en Cristo. Por esta acción sufrió terribles torturas y al final fue decapitado.
Sobre el lugar donde fue sepultado en Lidda, que era antes la capital de Palestina y hoy es una ciudad israelí cerca de Tel Aviv, se erigió poco después de su muerte una basílica donde aún hoy día se pueden ver sus restos mortales. Esta es lo que relata la Passio Georgii, considerada como una de las obras hagiográficas del Decreto Gelasianum del 496 y definida por tanto una passio legendaria.
Entre los documentos más antiguos que verifican la existencia de san Jorge, está un epígrafe griego del 368 encontrado en Eraclea de Betania donde se habla de la “casa o iglesia de Jorge y sus compañeros, santos y mártires triunfadores”.
Ricardo Corazón de León lo invocó como protector de todos los combatientes. Con los Normandos su culto se radicó fuertemente en Inglaterra donde en 1348, el rey Eduardo III instituyó la Orden de los Caballeros de san Jorge. En todo el periodo medieval su figura fue objeto de literatura épica.
A San Jorge se le considera el patrono de los caballeros, los soldados, los scouts, los luchadores de esgrima y los arqueros; además se le invoca contra la peste y la lepra y contra las serpientes venenosas.
Las reliquias del santo se encuentran en diversos lugares del mundo: en Roma en la iglesia de San Jorge en el Velabro, por voluntad del Papa Zacarías, custodia el cráneo. Las tropas cristianas, lideradas por Pedro I de Aragón, derrotaron a las fuerzas musulmanas y recuperaron una gran parte del territorio aragonés que estaba bajo el dominio musulmán. Se dice que, durante la contienda, San Jorge apareció en el campo de batalla para ayudar a los cristianos en su lucha.
Queda más que documentado el que aquellos que tuvieron necesidad de “fiestas populares” fueron los que nunca las habían tenido. No es el caso del antiguo Reino de Mallorca, puesto que cuenta con una riqueza en tradiciones, costumbres y lengua desde hace muchos siglos, fortalecidas por no haberse salido de la isla, ventajas que la generosidad del Mediterráneo ha otorgado siempre a estos espacios geográficos tan peculiares reforzando sus raíces.
Si las ansias de expansión de otras culturas provocan, en el caso de los libreros isleños “independientes”, una baja rentabilidad, éstos deberían acudir a sus promotores y no mendigar ayudas insulares emanadas desde los impuestos de esta CCAA y no de otra foránea. El que no sean rentables estos autores y sus obras, más les valdría no editarlas y menos comercializarlas con el soporte institucional.
En este caso, al Consell Insular de Mallorca se le ha visto un aura pancatalanista sobre las cabezas de casi toda la “cofradía”. Más les valdría defender la cultura mallorquina, la cultura balear. Y dicen aquello de “defensà y estima lo nòstro”.
1 Comentarios
Bien podría el Consell preocuparse por la cultura balear y apoyarla, deje ya de importar tradiciones ajenas a nuestra tierra y nuestro pueblo.
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