Si tienes una prenda que huele mal (como a tabaco, sudor o comida) pero no puedes lavarla en ese momento, métela en una bolsa hermética y guárdala en el congelador durante toda la noche.
¿Por qué funciona?
El frío extremo mata muchas bacterias responsables del mal olor. Al sacarla al día siguiente y dejarla airear unos minutos, la prenda olerá notablemente mejor.
Este truco es muy usado por estilistas, actores o gente que usa prendas delicadas que no pueden lavar a menudo.

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