✍Redacción/El Parlament aprueba por mayoría una norma que agrupa medidas polémicas y genera un fuerte rechazo de la oposición
El Parlament balear ha aprobado este martes la controvertida ley de macrogranjas, que ha sido utilizada por el Govern para introducir por vía de enmienda dos medidas no relacionadas: la supresión del requisito del catalán en el sector sanitario y la legalización de los campos de polo en suelo rústico.
Por un lado, la ley permite la implantación de explotaciones ganaderas intensivas, conocidas como macrogranjas, en diversas zonas del archipiélago, flexibilizando los requisitos medioambientales y de ubicación. Por otro, elimina la obligatoriedad del catalán como mérito en las oposiciones y plazas de sanidad pública, una decisión que ha generado protestas de colegios profesionales y asociaciones en defensa de la lengua.
Además, el texto incorpora una disposición que legaliza campos de polo y actividades ecuestres en suelo rústico protegido, lo que abre la puerta a la construcción de infraestructuras vinculadas al turismo de lujo, especialmente en municipios del Pla de Mallorca.
Desde el Govern, se defiende que la ley busca "dinamizar el sector primario, garantizar una atención sanitaria más accesible y diversificar la oferta turística". Sin embargo, la oposición acusa al ejecutivo de usar una ley agraria como "vehículo oportunista para imponer un modelo ideológico y favorecer intereses privados".
La aprobación ha reavivado las tensiones sociales en la comunidad, con movilizaciones convocadas por plataformas ecologistas, entidades culturales y sindicatos sanitarios que ya han anunciado recursos ante el Tribunal Constitucional.
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