✍️ Tomeu Pizá — Abogado, Economista y Profesor/
Nunca es tarde si se llega, pero en esta ocasión se llegó tarde y mal. Había familias que esperaban desde hace muchísimos años, demasiados. La satisfacción no fue unánime, al demorarse y presuntamente modificar algunos requisitos para favorecer una parte de aspirantes que no reunían todas las condiciones, antigüedad de 7 años de residencia en el municipio, renta, familia, etc. ha propiciado que el PSOE criticara el retraso (más de dos años respecto a la finalización de las obras), junto al los cambios que, a su juicio, excluyeron a familias que habrían podido acceder con los criterios previos. Sorprendentemente en la foto que han ido publicando los medios, aparecen amigos y familiares del actual equipo de gobierno municipal, resulta escandaloso. Han sido dos años de demora bastante favorecedores. Para algunos.
Nada extraña que en este aspecto gane protagonismo, una vez más, el Sr. Mas. Está claro que le dejan hacer y él se deja querer. Pero esto crispa a un sector y no precisamente político. Sin lugar a dudas responde a instrucciones recibidas previo compensaciones pactadas. Es un decir. Prometer y no conceder está de moda. Hasta sale en las imágenes Juan Ferrer. Cierto que cuando el rio suena, agua lleva.
Los partidos políticos deberían instruir a los afiliados que logran unos cargos y que van sobrados de malas intenciones, y no solo por su justa retribución, ya que olvidan que están al servicio de la ciudadanía y no de sus intereses personales y familiares. Llama asquerosamente la atención ver en el acto tan “familiar”, la carencia de civismo con el respeto que lleva implícito, la ausencia de ética y responsabilidad, además de una sólida caradura. Demasiados vínculos con concejales, dinamizadoras, hermanas y primas, todos en la foto. Aquellos autorizados claro. Se excluye a los que arrastran un peso que a estas alturas perjudica al Ayuntamiento y a los grupos políticos que pertenecen y no conviene salgan en la foto por cuestiones de “buena imagen”. La provincianas maniobras para reunir las condiciones que van desde separaciones matrimoniales, nuevas relaciones, posicionamiento de perfiles desconocidos, como es costumbre en Calviá, de lo más bajos académicamente habidos y por haber. No, los partidos políticos, ni los instruyen, ni los forman, ni los preparan. A sumar votos y que el electorado se fastidie. Patético.
Claro que son rumores y ni uno solo de los protagonistas lo reconocería públicamente. Suerte que la libertad de expresión permite difundir un rumor, investigarlo que deje de serlo y se pueda sancionar debidamente estas bajezas con la agravante que supone puedan juzgarse y penalizarse. Tiempo al tiempo.
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