✍COINPE/El primer ministro insiste en una operación terrestre pese a las advertencias del Estado Mayor sobre el desgaste militar y el riesgo para los rehenes
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado una nueva estrategia militar que contempla la ocupación de la ciudad de Gaza, el núcleo urbano más poblado del enclave palestino. La decisión se ha tomado pese a la oposición del jefe del Estado Mayor, general Eyal Zamir, que advirtió sobre el agotamiento de las fuerzas armadas, la necesidad de mantenimiento de los equipos y las consecuencias humanitarias para la población civil.
En una tensa reunión del gabinete de seguridad, Zamir se enfrentó a Netanyahu y a sus aliados ultraderechistas —el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich— defendiendo que una operación de esta magnitud es inviable en el momento actual. Según el general, el plan pone en grave peligro la vida de los rehenes que permanecen en Gaza.
Netanyahu rechazó las alternativas militares planteadas por el Ejército, argumentando que no garantizarían la liberación de los secuestrados. El primer ministro defendió que su propuesta, basada en un nuevo cerco sobre la ciudad, permitirá alcanzar "con mayor eficacia" los objetivos de la guerra, sin recurrir de inmediato a una movilización extraordinaria.
El Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos calificó el plan de “catástrofe colosal” y “sentencia de muerte” para sus allegados, advirtiendo de las consecuencias irreversibles que podría acarrear.
Una operación de gran envergadura
El Estado Mayor estima que serían necesarias seis divisiones del Ejército para ejecutar la operación, lo que prolongaría la fase más intensa de combates durante al menos cinco meses. Una ocupación completa podría extenderse hasta 2026 o 2027.
Netanyahu contempla que, en caso de ocupar la ciudad, la administración cotidiana quedaría en manos de una “autoridad árabe” no vinculada ni a Hamás ni a la Autoridad Palestina, una figura que actualmente no cuenta con reconocimiento político.
El plan incluye un ultimátum de evacuación para entre 800.000 y un millón de palestinos residentes en Gaza, que serían desplazados al sur del enclave en un plazo de dos meses, coincidiendo con el aniversario del inicio de la ofensiva israelí. Sería uno de los mayores movimientos forzados de población en la historia reciente del conflicto.
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