Una vida extrema en el Cuerno de África, donde la tierra arde y el agua escasea
En la Depresión de Danakil, al noreste de Etiopía, Eritrea y Yibuti, el paisaje parece de otro mundo: lagos ácidos, géiseres sulfurosos, salares infinitos y volcanes activos. Allí, donde casi nadie podría vivir, habita desde hace siglos un pueblo nómada y resistente: los Afar.
Pastores del infierno
- Los Afar sobreviven en temperaturas que superan habitualmente los 45 °C, en una de las regiones más calurosas e inhóspitas del planeta.
- Son pastores de cabras, camellos y burros, y se trasladan constantemente en busca de agua y pasto, siempre escaso.
- Muchos también trabajan en la extracción de sal, cortando los bloques con herramientas tradicionales y transportándolos en caravanas que recorren kilómetros a través del desierto.
Tierra en constante cambio
- La Depresión de Danakil se sitúa sobre una falla tectónica activa, con frecuentes erupciones volcánicas, movimientos sísmicos y emisiones tóxicas.
- A pesar de ello, los Afar han desarrollado un profundo conocimiento del terreno, detectando señales naturales que les alertan de peligros o recursos ocultos.
Cultura de resistencia
- El pueblo Afar tiene una fuerte identidad cultural, con una lengua propia (afar), estructuras sociales tradicionales y códigos de honor muy estrictos.
- Durante generaciones, han defendido sus tierras y su autonomía frente a gobiernos, empresas mineras y otros grupos.
- Sin embargo, el cambio climático, la desertificación y los conflictos políticos amenazan su modo de vida ancestral.
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