El Govern balear intentará paralizar la llegada de los dos primeros menores no acompañados procedentes de Canarias, cuyo traslado fue ordenado esta semana en el marco del plan estatal de redistribución.
Desde la Conselleria d’Afers Socials se defiende que las islas atraviesan una situación de saturación en el sistema de acogida, lo que hace inviable asumir nuevas derivaciones. El Ejecutivo balear prepara alegaciones jurídicas y políticas para ganar tiempo y forzar una negociación con el Ministerio.
El traslado de estos dos menores forma parte del acuerdo alcanzado entre comunidades autónomas para aliviar la presión migratoria en Canarias, principal punto de entrada de migrantes a España.
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