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Errores de la nutrición moderna: el mito de la dieta baja en grasa

Virginia Quetglas, naturópata diplomada y divulgadora de la alimentación saludable/

Durante décadas nos han repetido que la grasa era el gran enemigo. Sin embargo, hoy la ciencia demuestra que eliminarla de la dieta fue uno de los peores errores de la medicina moderna. En este artículo descubrirás por qué almacenamos grasa, qué consecuencias tiene evitarla y cuáles son las grasas saludables que sí debes incluir en tu alimentación.

¿Por qué almacenamos grasa en el cuerpo?

El tejido adiposo es un almacén de energía y cumple un papel esencial en la regulación hormonal y metabólica. No es la grasa en sí el problema, sino los excesos de azúcares, harinas refinadas y ultraprocesados que hacen que la insulina ordene al cuerpo guardar más grasa, especialmente en el abdomen.

¿Por qué se recomendó reducir la grasa en la dieta?

En los años 60-70 se popularizó la idea de que la grasa, sobre todo la saturada, provocaba colesterol alto y problemas cardiovasculares. Así nació la moda de las dietas bajas en grasa y la industria respondió con productos light o 0% grasa cargados de azúcar y almidones.

¿Funciona una dieta baja en grasa para adelgazar?

La evidencia demuestra que no es la mejor opción. Aunque puede producir pérdida de peso a corto plazo, a la larga falla porque la grasa saludable es fundamental para:

1. La saciedad

Las grasas saludables ralentizan el vaciamiento gástrico y envían señales al cerebro que nos dicen “ya hemos comido suficiente”. Por eso, cuando una comida incluye aguacate, frutos secos o un buen aceite de oliva, la sensación de hambre disminuye durante horas.

👉 Sin grasas, solemos terminar picando más carbohidratos y azúcares, lo que favorece el aumento de peso.

2. El control de la glucosa en sangre

Cuando una comida contiene grasa saludable junto a proteínas y fibra, la absorción de glucosa es más lenta y estable. Esto evita picos de azúcar en sangre y, en consecuencia, picos de insulina.

👉 Menos insulina significa menos acumulación de grasa en el abdomen y menos riesgo de diabetes tipo 2.

3. La producción hormonal

Muchas de nuestras hormonas dependen de los lípidos para fabricarse. Por ejemplo, las hormonas sexuales (estrógenos, progesterona, testosterona) y las suprarrenales (cortisol, aldosterona) necesitan colesterol y ácidos grasos de calidad.

👉 Una dieta sin grasa puede alterar ciclos menstruales, disminuir la fertilidad y generar desequilibrios hormonales que afectan a la energía y el estado de ánimo.

4. La salud cerebral y nerviosa

El cerebro está compuesto en un 60% por grasa, sobre todo por ácidos grasos como el omega-3. Estas grasas participan en la transmisión de señales nerviosas y en la memoria.

👉 Dietas bajas en grasa se han asociado a depresión, ansiedad y mayor riesgo de deterioro cognitivo.

5. La absorción de vitaminas

Las vitaminas A, D, E y K son liposolubles, es decir, necesitan grasa para absorberse correctamente en el intestino.

👉 Sin una cantidad adecuada de grasa en las comidas, aunque tomemos alimentos ricos en estas vitaminas, no las aprovechamos del todo.

6. La inflamación y el sistema inmune

Las grasas saludables, como el omega-3 del pescado azul o las semillas, tienen un potente efecto antiinflamatorio. Ayudan a regular la respuesta inmunitaria y a proteger frente a enfermedades crónicas.

👉 Una dieta pobre en grasa de calidad pero rica en aceites refinados y ultraprocesados genera justo lo contrario: inflamación y enfermedad.

                             

Consecuencias de evitar la grasa

Seguramente, ahora podrás entender por qué eliminar la grasa ha traído a algunas personas problemas tan serios como:

•   Déficit de vitaminas A, D, E y K.

•   Riesgo de depresión y problemas cognitivos (el cerebro es 60% grasa).

•   Alteraciones hormonales, especialmente en mujeres.

•   Inflamación crónica y obesidad a largo plazo.

¿Qué alimentos deberíamos haber evitado realmente?

El verdadero enemigo no era la grasa, sino los productos ultraprocesados:

•   Margarinas y grasas hidrogenadas.

•   Snacks fritos y bollería industrial.

•   Cereales “light” cargados de azúcar.

Refrescos y bebidas azucaradas.

Grasas saludables que debes recuperar en tu dieta

No todas las grasas son iguales. Las grasas antiinflamatorias y nutritivas son esenciales para la salud y las principales son:

•   Aceite de oliva virgen extra.

•   Aguacate.

•   Frutos secos y semillas.

•   Pescado azul.

•   Yema de huevo.

•   Coco y aceite de coco.

Conclusión: el gran error de la medicina moderna

La demonización de la grasa nos llevó a sustituir alimentos naturales por productos procesados que dañaron nuestra salud. Hoy sabemos que las grasas saludables son aliadas para adelgazar, reducir la inflamación y mantenernos sanos.

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💚 Que el amor, el conocimiento y la conciencia alimentaria nos guíen siempre en la mesa.

📝 La información de este blog tiene fines educativos e informativos. No sustituye el consejo médico profesional. Si tienes alguna condición de salud o tratamiento en curso, consulta siempre con tu médico antes de hacer cambios en tu dieta o estilo de vida.

 

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⚠ Nota del Periódico de Baleares
Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente a su autor o autora colaborador(a) y no reflejan necesariamente la postura editorial del Periódico de Baleares.