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La izquierda contra la Transición: el ataque al legado de Adolfo Suárez y a la España de la concordia

 

Foto de izquierda a derecha: Santiago Carrillo (Partido Comunista), Felipe González (PSOE), Adolfo Suárez)

Francisco José Castillo Navarro, Director General del Grupo Periódico de Baleares, Presidente Fundador de AMC/ 

Hoy quiero defender con firmeza, emoción y sentido histórico la figura y el legado de Don Adolfo Suárez, y hacerlo frente a quienes, desde el oportunismo político, la confrontación permanente y la instrumentalización del pasado, pretenden revisar, deformar y desacreditar uno de los pilares morales de la democracia española.

Don Adolfo Suárez fue mucho más que un presidente del Gobierno. Fue el arquitecto de la Transición, el hombre que asumió riesgos personales enormes para que España pudiera pasar de una dictadura a una democracia plena, sin violencia, sin revancha y con un auténtico espíritu de reconciliación nacional. Legalizó todos los partidos políticos, incluso aquellos que querían destruir el sistema desde dentro; impulsó la Constitución de 1978 como marco de convivencia; defendió la libertad, el pluralismo y el respeto institucional cuando hacerlo exigía un coraje político que hoy muchos no tienen.

El Sr. Suárez pagó un precio altísimo por su generosidad histórica. Fue atacado, aislado, abandonado y finalmente olvidado por muchos de los que después se beneficiaron de su obra. Y, aun así, jamás alentó el odio, jamás dividió a los españoles para obtener rédito político. Su ejemplo contrasta de manera contundente con determinadas fuerzas actuales cuya estrategia se basa precisamente en lo contrario.

Hoy asistimos a un nuevo intento indecente y oportunista de manchar su nombre, promovido por PODEMOS, un partido que ha hecho del conflicto, del victimismo permanente y del ataque sistemático a los consensos de la Transición su razón de ser. Lo más grave no es solo la acusación basada en un testimonio aislado, sobre supuestos hechos ocurridos hace más de cuarenta años, sin pruebas, sin testigos y sin respaldo judicial. Lo verdaderamente alarmante es que el PSOE, heredero de uno de los grandes pactos de la Transición, respalde, blanquee y legitime esta ofensiva.

El PSOE, que fue protagonista directo del consenso constitucional, hoy calla, asiente o apoya explícitamente la estrategia de PODEMOS, sacrificando la memoria democrática, la presunción de inocencia y el respeto institucional a cambio de supervivencia política. Con su actitud, no solo traiciona el espíritu de la Transición, sino que se convierte en cómplice activo de una campaña de demolición moral contra quienes hicieron posible la España democrática.

PODEMOS ha demostrado reiteradamente su desprecio por la seguridad jurídica, por el Estado de derecho y por los principios básicos de la democracia liberal cuando estos no encajan en su relato ideológico. Y el PSOE, lejos de ejercer un papel moderador, se suma a esa deriva, aceptando el revisionismo interesado y la relectura sectaria del pasado como moneda de cambio para mantenerse en el poder.

Resulta profundamente hipócrita que quienes hoy atacan a Adolfo Suárez lo hagan amparados por las libertades que él mismo garantizó. Libertades que permiten que partidos como PODEMOS, con discursos sectarios, populistas y en ocasiones abiertamente hostiles al marco constitucional, puedan expresarse, gobernar y atacar sin pudor la historia común de España. Y resulta aún más grave que el PSOE, beneficiario directo de ese legado, mire hacia otro lado o aplauda.

No podemos permitir que se utilicen acusaciones sin fundamento para reabrir heridas, romper consensos y derribar referentes que representan la España de la concordia, del diálogo, del respeto mutuo y de la convivencia democrática. Un país no se construye desde el odio al pasado, ni desde la destrucción sistemática de todo aquello que no encaja en una visión ideológica cerrada y excluyente.

Mi apoyo, respeto y admiración a Don Adolfo Suárez y a todo lo que representó: altura moral, servicio a España, responsabilidad histórica y amor por la democracia. Defender su memoria es también defender la Transición, defender la Constitución y defender la España libre que hoy algunos pretenden erosionar desde dentro, con la complicidad silenciosa o explícita del PSOE.

Frente al ruido, la manipulación y el revisionismo interesado, reivindicamos la verdad, la dignidad y la concordia.

No lo permitiremos.


FJCN

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