✍COINPE/El país se convierte en un nuevo punto estratégico para los cárteles debido a su extensa costa y su frontera abierta con el Reino Unido
Las fuerzas de seguridad europeas libran una batalla constante contra el tráfico de cocaína que cruza el Atlántico desde América del Sur. Sin embargo, la falta de recursos está dificultando los esfuerzos para detener la creciente ola de narcotráfico.
Según el Centro de Operaciones de Análisis Marítimo (MAOC), responsable de la vigilancia del tráfico de drogas transatlántico, 100 embarcaciones sospechosas de transportar drogas no pudieron ser interceptadas el año pasado por falta de medios. “Europa tiene los datos de los barcos cargados con drogas, pero no dispone aún de los recursos para detenerlos”, explicó su director, Sjoerd Top, quien precisó que el MAOC monitorea hasta 600 barcos al día, mientras que la producción de cocaína en América del Sur alcanza niveles récord.
El Reino Unido es uno de los mayores consumidores: 117 toneladas de cocaína fueron ingeridas el año pasado, según la Agencia Nacional del Crimen británica, y las muertes relacionadas con esta droga se han multiplicado por diez desde 2011.
Tradicionalmente, la cocaína llega a puertos europeos como Róterdam o Amberes, aunque el refuerzo de su seguridad ha llevado a los contrabandistas a buscar rutas alternativas. Cada vez son más los casos de trasbordo en alta mar, donde las balas de cocaína se pasan de un barco “madre” a una embarcación “hija” más pequeña, que después las lleva a tierra. En los últimos seis meses, se han interceptado toneladas de cocaína en diferentes operaciones marítimas.
Ante este escenario, Irlanda se ha convertido en un nuevo punto de entrada, debido a su frontera abierta con el Reino Unido y su costa de casi 2.000 millas, con numerosas calas y accesos ideales para el contrabando.
Las Fuerzas de Defensa Irlandesas colaboran en la lucha contra los cárteles, pero el país enfrenta una clara limitación de recursos. Con un gasto en defensa del 0,2 % del PIB, el más bajo de la Unión Europea, su Servicio Naval cuenta con ocho barcos, de los cuales solo dos pueden operar simultáneamente por falta de personal. A esto se suma la escasez de apoyo aéreo, ya que a menudo no hay helicópteros disponibles para tareas de vigilancia costera.
A pesar de estas carencias, el gobierno irlandés asegura mantener una presencia marítima constante y ha anunciado un aumento presupuestario de 600 millones de euros en cuatro años, equivalente a un incremento del 55 %, con el fin de reforzar la defensa y estabilizar la flota naval.
El tráfico de drogas continúa siendo un problema en expansión en toda Europa, y los expertos insisten en que los países deben cooperar más estrechamente para frenar una amenaza que sigue extendiéndose por el Atlántico.








