🎬 Netflix y la pérdida de la inocencia: ¿entretenimiento o adoctrinamiento infantil?

 

✍Francisco José Castillo Navarro, Director General del Grupo Periódico de Baleares, Presidente Fundador de AMC/

Durante años, Netflix fue sinónimo de diversión segura para millones de familias. Sin embargo, lo que comenzó como una plataforma dedicada al entretenimiento y la creatividad se ha convertido, según algunos críticos, en un instrumento de promoción ideológica dirigido a los más pequeños.

Hoy, la controversia gira en torno a una acusación concreta: que Netflix estaría utilizando sus contenidos infantiles para normalizar y promover mensajes relacionados con la ideología de género y el activismo LGBT, presentándolos como parte natural de la narrativa para niños.

Organizaciones como Hazte Oír sostienen que esta tendencia representa una traición a la confianza de las familias, al introducir temas que consideran inapropiados para la infancia dentro de producciones animadas o series para menores.

📺 Casos bajo la lupa

Entre los ejemplos más citados se encuentra CoComelon Lane, una versión derivada del popular programa infantil, donde un episodio muestra a un niño bailando con tutú y tiara para sus dos “papás”. Para los críticos, esta escena simboliza un intento deliberado de borrar las referencias tradicionales de familia y difundir confusión de género en edades tempranas.

También se menciona Dead End: Paranormal Park, una serie en la que uno de los protagonistas es un adolescente transgénero, acompañado de un romance homosexual; y Jurassic World: Campamento Cretácico, donde se incluye un beso entre dos adolescentes del mismo sexo.

Estas producciones, dirigidas a niños y preadolescentes, son vistas por ciertos sectores como parte de una agenda cultural “woke” que busca redefinir los valores tradicionales a través del entretenimiento aparentemente inocente.

⚡ Reacción pública y redes sociales

La polémica no se ha quedado en círculos conservadores. En redes sociales, figuras de alto perfil como Elon Musk se han pronunciado al respecto, instando a cancelar la suscripción con frases contundentes como: “Cancela Netflix por la salud de tus hijos.”
El eco mediático ha sido tal que incluso algunos analistas afirman que la imagen de la compañía se ha visto afectada y que existe una creciente desconfianza entre padres y suscriptores.

🧩 La ofensiva organizada

Frente a esto, Hazte Oír ha impulsado una campaña internacional de presión contra la empresa. La organización exige a Ted Sarandos, Co-CEO de Netflix, y a Bela Bajaria, directora de Contenidos, que retiren los programas considerados ofensivos, emitan una disculpa pública y establezcan filtros efectivos que garanticen una programación verdaderamente apta para menores.

Según la plataforma, más de 169.000 personas ya han firmado una petición respaldando esta exigencia. El movimiento propone, además, un boicot mundial, que incluiría la cancelación de suscripciones, la movilización en redes sociales y el contacto con anunciantes y medios para visibilizar su malestar.

💬 Una lucha por la infancia

Los impulsores del movimiento aseguran que su objetivo no es la censura, sino la protección de la infancia frente a mensajes que consideran prematuros o confusos.
Afirman que los niños merecen una etapa libre de ideología y complejidades adultas, centrada en la alegría, la imaginación y el descubrimiento del mundo, sin presiones externas ni influencias corporativas.

🎭 ¿Cambio o polarización?

Mientras tanto, Netflix mantiene su apuesta por la diversidad y la inclusión, insistiendo en que sus contenidos reflejan la pluralidad de la sociedad actual.
El conflicto, sin embargo, expone una brecha cultural cada vez más profunda: la de quienes ven en estas historias una expresión legítima de la realidad contemporánea, frente a quienes las interpretan como un adoctrinamiento moral disfrazado de entretenimiento infantil.

La controversia sigue abierta, y la pregunta que resuena es la misma:

¿Dónde termina la libertad creativa y dónde comienza la manipulación ideológica?

FJCN