Un recordatorio para detenernos y pensar antes de consumir
Cada año, el Día Mundial sin Compras nos invita a pausar el ritmo frenético del consumo que nos rodea. Es un día simbólico, sí, pero profundamente necesario en una sociedad en la que comprar, acumular y desechar parecen formas normales de vivir.
Durante 24 horas se propone algo sencillo y revolucionario a la vez: no comprar nada.
Ni por necesidad inmediata, ni por impulso, ni por esa costumbre que tantas veces nos arrastra sin darnos cuenta.
Este día nació para cuestionar un modelo económico que nos empuja al consumo constante, pero también para recordarnos que existen otros ritmos, otras formas de vivir y de relacionarnos con lo que tenemos. Reducir, reparar, reutilizar, intercambiar, prestar… o simplemente valorar más lo que ya está en nuestras manos.
El Día Mundial sin Compras no busca culpabilizar, sino crear conciencia. Porque cada pequeño gesto cuenta. Porque una pausa, a veces, es el primer paso para un cambio mayor.
Si deseas más información sobre otros Días Mundiales que se celebran durante el año, puedes consultarla aquí 👉 Día Mundial







