Unas ‘matines’ históricas en la Seu: un niño vuelve a interpretar la Sibil·la tras décadas de voces femeninas

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La Catedral de Mallorca recupera la voz masculina en uno de sus ritos navideños más emblemáticos, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Las ‘matines’ de Navidad en la Catedral de Mallorca han vivido este año un momento histórico con la interpretación de la Sibil·la a cargo de un niño, algo que no ocurría desde hace décadas. El encargado de dar voz al canto fue Toni López Dezcallar, de 12 años y miembro de la Escolania dels Vermells, devolviendo a la Seu una tradición que durante los últimos años había sido interpretada exclusivamente por mujeres.

La celebración religiosa comenzó a las 23.00 horas y estuvo oficiada, como es habitual, por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. Uno de los momentos más destacados fue el canto de la Sibil·la, una de las tradiciones navideñas más antiguas y singulares de la isla, reconocida por la Unesco en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La Sibil·la representa la escenificación del juicio final, interpretada por una profetisa que, espada en mano, canta los vaticinios atribuidos a la Sibil·la eritrea de la antigua Grecia. Históricamente, este canto era interpretado por un niño, un presbítero o un canónigo, hasta que tras el Concilio Vaticano II (1962-1965) se amplió la participación femenina en las celebraciones litúrgicas. Desde finales de los años sesenta, niñas y mujeres asumieron este papel en la mayoría de iglesias de Mallorca, incluida la Catedral.

Con la actuación de Toni López Dezcallar, la Seu recupera de forma simbólica la voz masculina en esta tradición, aunque en otros templos de la isla el canto ha sido interpretado indistintamente por niños, niñas o mujeres a lo largo de los años. Además, otro miembro de la escolanía, Lluís Turell Amer, también de 12 años, fue el encargado de leer el tradicional ‘sermó de la Calenda’, que marca el inicio de la celebración.

Durante su homilía, el obispo Taltavull destacó el valor espiritual de ambas tradiciones, señalando que “abren las puertas al descubrimiento de Jesús presente en los hermanos”. El prelado subrayó que el nacimiento de Jesús supuso “un cambio de rumbo en la historia de la humanidad” y vinculó el mensaje navideño con la realidad actual de las personas más pobres y vulnerables, apelando a la acogida, la solidaridad y la justicia social.

Taltavull concluyó su mensaje animando a situar a la persona en el centro y a reforzar el compromiso cristiano con quienes más lo necesitan, en una noche que definió como una oportunidad para “rehacer actitudes” y vivir un cristianismo coherente con sus valores fundamentales.