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El 31 de enero, a las 18:30 horas, la Biblioteca Pública de Palma Can Sales será testigo de la presentación de "El Fénix Renacido", la nueva obra de Francisco José Castillo Navarro. Este libro no solo es una historia, sino una invitación a renacer frente a la adversidad y a creer en las segundas oportunidades que la vida nos ofrece.

Si pudiera



Si pudiera retroceder a otros tiempos

volvería a tener la sensación
de que todo era más amable
de que nada se asemejaba a la ficción .

El pan era pan y los amigos, amigos,
la verbena , la fiesta, la tradición,
incluso el aire era más respirable
y cada uno tenía su canción.

El colegio era en blanco y negro,
tener amigos, una bendición ,
hacernos los juguetes, una empresa
que requería mucha imaginación.

Jugar en la calle, un privilegio,
y una bicicleta, una ilusión,
las "tiritas" eran recuerdos de batallas,
y las heridas se lavaban con jabón.

Con las chapas de refrescos de colores
la vuelta ciclista en emoción
y era una fiesta tener cartera nueva
y un reloj en primera comunión.

Si pudiera retroceder a otros tiempos,
olería a sofrito y coliflor,
a la vecina en casa a por azúcar,
y la tele en blanco y negro en el salón.

No necesitaba ni móvil, ni tarjetas
ropa de moda y ni siquiera ordenador,
era feliz en casa "los abuelos"
y mil macetas colgaban del balcón.

En mi barrio la gente saludaba,
incluso encontré un primer amor,
Navidad, Semana Santa, diferentes
a lo que son en el día de hoy.

Los veranos, geniales en la playa,
y el seiscientos cargado a mogollón
de cosas que no eran necesarias
para pegarse en domingo un chapuzón.

La arenas de las calas eran oasis,
disfrutando de toda aquella extensión,
y en San Telmo nos comíamos la paella
sentados a la mesa en bañador.

El "Meyba" era moda en aquel tiempo,
y en el agua se convertía en flotador,
la mar era azul y a ratos verde
y navegaba el llaüt del pescador.

Mediterráneas latinas recortaban
contraluces a la calor del sol,
y el horizonte parecía besarse
con la mar, en eterna canción.

Y al crecer, recuerdo los guateques,
"PERPETUMEMNER" rezaba aquel letrero
del tocadiscos, última generación,
y después de las regatas del domingo,
las fiestas que no eran de botellón.

Y crecí entre estudios y entre amigos,
tradiciones que poco a poco se van,
el respeto a los abuelos y a los padres,
la revalida el Preu y la ilusión
de mirar al futuro con el ansia
de cumplir con nuestra formación.

La carrera, los Lewis y el lacoste,
la primera Lobito de Bultaco,
el correr delante de los grises,
y el primer beso de amor en "El Rincón"
los variados de Cas Sogre
y las regatas, el Mallorca, y la partida de ping pong,
y esa foto en la pared colgada
por recordar nuestra primera excursión.

Si pudiera volver atrás, a esos tiempos,
sería más feliz que en tiempos de hoy,
dónde la tertulia y el diálogo se mueven
con el teclado de un ordenador,
y andamos sumergidos por las calles
con el móvil, los cascos y sin dios.

Podría contaros en verso mil historias,
de esos años que se pintaban bellos,
pero me quedo con esta frase solo,
amigos míos "Y que tiempos aquellos".


✍ Francesc Jusep Bonnín

Escritor, Poeta, Pintor, Cantautor.

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