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👴 Una rutina con propósito
Desde hace más de una década, el señor Yasuo Takamatsu, un jubilado de la ciudad de Onagawa (Japón), se presenta cada mañana a las 7:00 h en un paso de peatones escolar con su chaleco reflectante, su silbato y una sonrisa tranquila. Su objetivo: ayudar a los niños a cruzar con seguridad camino al colegio.
Yasuo comenzó esta labor como una forma de superar la pérdida de su esposa en el tsunami de 2011. Con el tiempo, su rutina se convirtió en un símbolo de compromiso vecinal y ternura intergeneracional.
❤️ Una comunidad que lo respeta
Los vecinos de Onagawa y los propios escolares lo saludan por su nombre. Los padres lo consideran parte esencial del barrio, y muchos se detienen a conversar o agradecerle su constancia, incluso en días de lluvia o nieve.
El gobierno local lo ha reconocido en varias ocasiones como voluntario ejemplar de seguridad ciudadana.
🌟 Un civismo silencioso pero transformador
El gesto de Yasuo no es espectacular ni viral. Pero demuestra cómo la voluntad de una sola persona puede mejorar la vida cotidiana de toda una comunidad.
No busca aplausos, solo continuidad. “Mi deber es asegurarme de que regresen a casa sanos y salvos, cada uno de ellos”, dice con humildad.
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