Un informe revela que el 70% de las familias atendidas carecen de contrato de alquiler y un 60% son hogares encabezados por mujeres
La crisis de la vivienda en Mallorca continúa golpeando con fuerza a los sectores más vulnerables. Según el último informe de Mallorca, la mayoría de las familias en exclusión residencial atendidas por la entidad son monomarentales —encabezadas por mujeres— y procedentes de países sudamericanos.
El estudio alerta de que siete de cada diez familias en esta situación no cuentan con un contrato de alquiler formal, lo que las coloca en una posición de extrema vulnerabilidad y riesgo de desahucio o pérdida de alojamiento. En muchos casos, sobreviven en habitaciones realquiladas, pisos compartidos o infraviviendas.
El perfil predominante es el de mujeres solas con hijos menores a su cargo, en su mayoría inmigrantes de origen latinoamericano, que trabajan en la economía informal o en empleos precarios. Cáritas advierte de que la falta de contratos estables y la subida de los precios del alquiler hacen imposible acceder a una vivienda digna.
La entidad reclama una mayor implicación institucional para ampliar el parque público de vivienda social y reforzar las ayudas al alquiler, además de políticas específicas para las familias monomarentales y los hogares migrantes.
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