El misterio que convirtió una cocina en el epicentro del fenómeno paranormal más famoso de España
En agosto de 1971, en el pequeño pueblo de Bélmez de la Moraleda (Jaén), María Gómez Cámara notó una mancha extraña en el suelo de cemento de su cocina. Al poco tiempo, esa mancha empezó a transformarse… y apareció un rostro humano. Lo que parecía una simple coincidencia se convirtió en un suceso sin precedentes: decenas de caras —de hombres, mujeres y niños— comenzaron a emerger de las paredes y del suelo de la vivienda.
Los vecinos, los medios y los investigadores no tardaron en acudir al lugar. El Instituto de Cerámica de Madrid realizó estudios sobre los materiales del suelo, sin encontrar explicación lógica. Los rostros parecían cambiar de expresión con el tiempo, y las psicofonías grabadas dentro de la casa captaban voces que decían frases inquietantes, como “No vengas” o “Estamos aquí”.
A pesar de las teorías sobre reacciones químicas o fraude, nunca se pudo demostrar un engaño, y la casa sigue siendo hoy objeto de estudio. Los fenómenos continuaron incluso después de que se retirara el suelo original, como si algo permaneciera anclado al lugar más allá del tiempo y la materia.
Más de cincuenta años después, la Casa de las Caras sigue atrayendo a curiosos, científicos y amantes del misterio. Nadie ha logrado explicar por qué esas imágenes surgen, ni qué quieren decir.
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