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Renacer en La Vileta: una historia de coraje y esperanza

 



✍️ AMC Eventos & Cultura/  El pasado 20 de noviembre quedó grabado como una huella imborrable en el corazón del barrio de La Vileta (Palma). A las 20:00 horas, la Asociación del Club de Amigos de la 3ª Edad de La Vileta-Son Serra, en la calle Oblatas nº2, se transformó en un refugio para el alma, un lugar donde muchos volvieron a creer en la superación, en la belleza del renacer y en el poder transformador de la palabra.

Aquella noche, el eco de una historia capaz de sanar heridas resonó con la presentación de El Fénix Renacido, la obra más reciente de Francisco José Castillo Navarro.

Para el Sr. Castillo, aquel acto tuvo un significado profundo y emocional: regresaba al barrio donde había crecido, donde había estudiado, donde fue monitor del Club D’Esplai, donde ejerció como presidente de la Asociación de Vecinos de La Vileta-Son Serra (Es Vinyet) una de las presidencias vecinales más jóvenes de España y donde tantas veces caminó junto a sus padres ya fallecidos. Volver era reencontrarse con su propia historia, con sus raíces, con sus ausencias y con todo aquello que lo hizo ser quien es.

Después de haber tocado corazones en Palma, Ibiza, Menorca y Calvià, Castillo llegó a La Vileta con algo más que un libro: llegó con una experiencia vital, un mensaje de esperanza y la certeza de que la luz siempre aparece para quien decide buscarla.
Su obra, El Fénix Renacido, fue mucho más que literatura: fue una travesía por el alma humana, una oda al coraje, una invitación a levantarse incluso cuando la vida parece imposible.

El presidente de la Asociación del Club de Amigos de la 3ª Edad, Rafael Verger, abrió el acto con una bienvenida cálida, reconociendo la importancia emocional de este “regreso a casa”. No fue solo una presentación: fue un acto de transformación colectiva.

Un pequeño video de la presentación, ofrecido por RTBE Televisión

Agradecimientos que estremecieron el corazón

El autor dedicó un extenso y profundo espacio a dar las gracias, y fue ahí donde la emoción alcanzó uno de sus puntos más intensos.

Agradeció a Rita Toymil, empresaria y escritora, por ser la maestra de ceremonias de la noche. Destacó su fortaleza, su sensibilidad y la manera en que supo guiar el acto con elegancia y humanidad.

Dedicó palabras de cariño al cantautor Francesc Jusep Bonnin, cuya música llenó la sala de un abrazo sonoro. Bonnin confesó que el libro lo acompañó en momentos difíciles, convirtiéndose en un faro que le devolvió la luz.

Recordó también a Silvia Pérez, la primera persona que creyó en este proyecto. Su apoyo fue la chispa inicial y el motor emocional que permitió que el libro viera la luz.

Las menciones personales: el latido íntimo de la noche

Y entonces llegó el momento más íntimo del acto, cuando el autor abrió su corazón y comenzó a mencionar a esas personas que forman su universo emocional.

No faltaron las menciones a su familia, su verdadero refugio. Recordó a su prima Isabel, esa presencia incondicional, “la hermana que la vida me regaló”, con un cariño que hizo temblar la voz a más de uno.
Habló también de su ahijada, una mujer de gran corazón que aunque la vida no siempre le ha sonreído, es una luchadora, que siempre esta para los suyos.

Nombró a sus amigos de toda la vida, aquellos que han sido testigos de sus risas, sus tropiezos y sus sueños. “Ellos”, dijo, “son mis raíces”.

Mencionó con especial emoción a sus compañeros del colegio San Vicente de Paúl, y en particular a Andrés Ruiz, con quien compartió juegos, secretos infantiles y hasta algunas tristezas que los moldearon como personas. “A veces”, confesó, “la infancia es un libro que creemos cerrado, pero una mirada amiga es capaz de abrirlo de nuevo y recordarnos quiénes fuimos”.

Aquel viaje sentimental continuó al mencionar a su compañero del Sindicato, Juan Baño, con quien había luchado codo a codo para defender la dignidad de quienes no siempre tienen voz. “En él encontré un hermano de batallas”, dijo, “alguien que sabe que la justicia se construye paso a paso, palabra a palabra”.

Julián y Rodri, amigos que han caminado y "siguen el vuelo del Fénix", como si también fuese suyo.

Y entonces pronunció una frase que se quedó suspendida en la sala:

“Ellos no solo estuvieron… ellos me ayudaron a renacer.”

Un mensaje que transformó a todos

Francisco José Castillo compartió no solo un libro, sino un testimonio de vida.
Mostró cómo la adversidad, lejos de destruirlo, lo empujó a renacer con más fuerza, más verdad y más propósito.

Su mensaje resonó con fuerza:

“Sí se puede. Siempre se puede.”

Un final que hizo vibrar la sala

Cuando el acto concluyó, algo poderoso quedó flotando en el ambiente. Había miradas brillantes, respiraciones contenidas y personas que luchaban por sostener una lágrima que estaba a punto de escapar.

Y fue entonces cuando estalló un sonoro y prolongado aplauso, un aplauso que no solo celebraba el libro, sino el renacer del autor, su valentía y la luz compartida con todos los presentes. Un aplauso que parecía un abrazo colectivo, un reconocimiento profundo, sincero y humano.

Palabras finales del autor

“Volver a La Vileta es volver a mis raíces. Aquí aprendí a luchar, a soñar y a caerme para volver a levantarme. Presentar El Fénix Renacido en este barrio es cerrar un círculo vital y abrir otro lleno de esperanza.
Este libro es de quienes alguna vez cayeron… y aun así decidieron volver a volar.”

Las próximas presentaciones del vuelo del Fénix se anunciarán próximamente.

La legión del Fénix sigue creciendo.
Para adquirir el libro, está disponible a través de Diversidad Literaria o contactando directamente con el autor en director@periodicodebaleares.es, quien lo entregará con firma y dedicatoria personal.