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| (Artículo ampliado exclusivamente para el Periódico de Baleares) |
✍ Fulgencio Coll Bucher, Militar retirado, Político/
La expresión "Roma no paga traidores" se originó en la Antigua Roma y advierte que la traición no es recompensada, incluso por aquellos que se benefician de ella. Quinto Servilio Cepión pronunció esta frase en el año 139 a. de C. para quitarse de encima a ciertos hispanos.
Si analizamos la corrupción política en España desde hace décadas y con más detalle el actual panorama político de España, el de Pedro Sánchez, el de su gobierno y partido político comprobamos que no es así. Nuestro actual presidente todavía no investigado, a lo largo de estos años al frente de su partido y del gobierno ha demostrado que carece de principios, de palabra, de sentido de estado y de un mínimo respeto por las normas democráticas más elementales.
Podemos hacer una inagotable lista de desatinos, desde su acceso trampista al gobierno, como gobernar sin tener aprobados los presupuestos, su cobardía al huir de la DANA o del Congreso de los Diputados, sus continuos viajes al extranjero para encubrir su indecencia, sus constantes cesiones a separatistas para estar un día más en la Moncloa. La investigada corrupción de sus próximos, de su familia o circulo de confianza gubernamental y partido que era socialista, ahora tildado de banda criminal. El autócrata Sánchez, el Gobierno de España y su partido si pagan a traidores, traidores encabezados por un delincuente llamado Puigdemont y por esa famélica legión de truhanes y villanos. Cierto que la mayoría de partidos políticos están trufados con algunos de estos personajes, la diferencia la marca la cuantía y perversión.
Un literato ha escrito: no creo que haya que ser demasiado incisivo para concluir que en España hay una democracia formal, pero preterida por un comportamiento cada vez más oligárquico y clientelar de unos partidos políticos, que son imprescindibles para que el sistema constitucional y democrático funcione pero que, dado su acelerado proceso de degeneración orgánica y funcional, han terminado secuestrando las instituciones y abandonando su papel constitucional.
Por eso la política y los políticos no cambiarán nunca en España, porque este modo de hacer política lleva con nosotros demasiado tiempo y es, por tanto, estructural. Por eso tampoco nadie afrontará de cara la corrupción, pues en esencia es parte del modus vivendi de la política. Y así lo seguirá siendo para siempre. Nadie en este país ha sabido ni sabe hacer política de otro modo. No hay solución, por tanto y quien les diga lo contrario, miente. Siento darles esta mala noticia.
Yo pienso todo lo contrario, lo que hay que hacer es precisamente denunciar esta plaga y exigir a los partidos políticos y en general a todos los ciudadanos rechazar esta podredumbre. El gran enemigo de la democracia es la corrupción. El fin no justifica los medios.
Recuerdo cuando estaba en la excelente academia de infantería de los EEUU, Fort Benning en 1983, entre los numerosos libros que nos daban, había uno que me llamó la atención, decía: El mayor enemigo de la democracia es la corrupción. Ahora aquí, en España tenemos al número uno de esta putrefacción, se llama Pedro Sánchez y ha tenido un gran maestro llamado Rodríguez Zapatero.
Tampoco me gusta el término “ser políticamente correcto”, no lo soy ni me gusta porque es la mejor manera de perder la decencia, callarse lo que debe denunciarse. Hace tiempo que predico sin demasiado éxito eso de que hay que arrancar la mala hierba.
Si, parece muy agresivo lo que pido, muy radical, pero si no se es capaz de hacerlo podemos terminar como el Gobierno de España, como el partido socialista y sus compadres separatistas o filoterroristas, esta mala hierba está devorando la democracia. También recuerdo mis años de joven capitán andando por la atractiva y seductora Cataluña de aquellos tiempos, encontré pueblos abandonados con casas derruidas por el abandono y por la mala hierba, mostraban en sus entrañas la belleza y poesía de otros tiempos, dejando ver lo que en su día fue morada de familias, paredes con diferentes colores austeros, podías imaginar con sensibilidad la sobria y hermosa vida de aquellos tiempos.
Tenemos que desherbar, echar a los que pudren con su corrupción el buen gobierno y la administración, no podemos estar rodeados de tanto villano, se llame Ábalos, Koldo, Tito, Pujol, Matas y tantos más.
Hay que superar esta dramática situación, modestamente recomiendo una regla básica para el buen gobierno. Siempre que pueda rodéese de los mejores, de los honestos y competentes, marque la línea a seguir y dé el mejor ejemplo, trate de ser un líder, pero también aprenda de ellos porque le enseñarán grandes cosas y le transmitirán una inmensa fuerza para afrontar cualquier reto, aunque sea muy arduo. Yo he tenido y tengo esta inmensa fortuna.
“Nos alegramos de la presencia de SSMM los Reyes en Palma de Mallorca, ellos con su liderazgo son el mejor ejemplo a seguir. Nuestra admiración y respeto por ser la clave de nuestra Democracia, de nuestra Monarquía Parlamentaria y garantía de futuro.


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